La freidora de aire es un buen aliado en la cocina y se considera uno de los mayores avances de los últimos años para ahorrar dinero y tiempo. Aunque cada vez son más los que se unen a esta moda, últimamente no se para de hablar de otro electrodoméstico que promete ser una revolución en la cocina.
Un aliado fundamental para el cocinado también es la olla a presión. Guisos, caldos, estofados, arroz… la lista es interminable. Sin embargo, aunque los resultados son prometedores, obliga al chef a estar pendiente, dado que puede ser muy peligroso dejar el electrodoméstico al fuego.
Resulta que existe un híbrido entre las dos máquinas anteriores, un nuevo utensilio con el que programar nuestras elaboraciones y saborear el resultado como si lo hubiese hecho un profesional. Se trata de la olla de cocción lenta eléctrica, también conocida como slow cooker. Este es un aparato diseñado para cocinar alimentos a baja temperatura durante un largo período de tiempo. A diferencia de la olla a presión, que cocina rápidamente mediante presión y calor elevado, la olla de cocción lenta utiliza un proceso de cocción más suave y prolongado, lo que permite que los alimentos se cocinen a temperaturas bajas, generalmente entre 70°C y 90°C (160°F a 200°F).
Menos electricidad
Entre sus ventajas está que usa mucha menos energía que otros aparatos como el horno. Es muy eficiente porque cocina lentamente y no requiere demasiada electricidad.
El diseño es otro de sus puntos fuertes. Habitualmente está compuesta por una cacerola de cerámica o de aluminio recubierto que se puede extraer para servir al terminar el cocinado. Además, estos materiales permiten que el calor se distribuya de forma uniforme y permita limpiar.
En su parte central también posee un temporizador para activarlo y dedicarnos a otras labores mientras. De esta forma, al terminar el tiempo de cocción, se apagará automáticamente.
Varios modelos
Al igual que las freidoras de aire, se pueden encontrar numerosos modelos de este electrodoméstico. Tanto en Amazon como en Leroy Merlin hay marcas por 44 euros.
Según la potencia, las funciones y el tamaño, los precios varían. Algunos modelos creados con cerámica pueden superar hasta los 300 euros.