Ya retirado del Ejército, el teniente general de Infantería Francisco José Gan Pampols (Figueres, 25 de abril de 1958), el nuevo vicepresidente para la Recuperación Económica y Social del Consell postdana, se enfrenta al que quizás sea el reto más complicado de su vida al tomar el mando de la reconstrucción de los municipios anegados por las aguas en la DANA pasado 29 de octubre, y eso es mucho decir para quien hace 25 años escribió su nombre en la historia del alpinismo al ser el primer montañero español, y el quinto del mundo en conquistar los tres polos de la Tierra al recorrer la Antártida hasta llegar al polo sur geográfico, alcanzar el polo norte geográfico en el Ártico tras partir de la costa de Siberia y coronar los 8.848 del Everest.
Historia viva del alpinismo
Una hazaña que Curro Gan, como le conocen sus amigos, completó al frente del Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM) de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales que el Ejército de Tierra tiene en Jaca, en el marco del mítico programa de televisión española Al filo de lo imposible que presentaba y dirigía el alpinista Sebastián Álvaro, que fue quien bautizó al militar como «el general aventurero».
El propio Álvaro, en un artículo en la revista Desnivel en 2010, en el que resumía los 9 años en los que Gan colaboró con Al filo de lo imposible explicaba que este general que forma parte de la generación de militares surgida con la democracia «es uno de los grandes aventureros del siglo XX». «Una mente privilegiada y una tenacidad a prueba de bomba son las principales virtudes que han impulsado a Curro Gan a realizar algunas de las aventuras más importantes que pueden realizarse en el planeta», añadía.
Ha coronado cuatro ochomiles
Y es que Gan Pampols ha coronado cuatro de los 14 ochomiles del planeta, pues además del Everest, también ha ascendido otras cimas del Himalaya como el Nanga Parbat (8.126 m), el Gasherbrum I (8.068 m) y el Shisa Pangma (8.046 m). Fue en este último pico donde vivió en un dramático descenso uno de sus peores momentos como alpinista, recuerda Álvaro, «un compañero falleció por agotamiento e hipotermia, y él mismo sufrió congelaciones que le acarrearon amputaciones». Perdió dos falanges de la mano izquierda y el pulpejo de las yemas de los dedos de la mano derecha. Además, también ha ascendido grandes cumbres de América y África, el Aconcagua (6.959 m) en los Andes argentino, el McKinley (6.194 m) en Alaska, y el Kilimanjaro (5.898 m) en Tanzania.
General mediático
Ahora, a sus 66 años, Gan Pampols, se pone otra vez ante el foco de las cámaras en un nuevo Al filo de lo imposible para rescatar del barro las zonas devastadas por la riada. Una exposición mediática que no supondrá un desafío para este atípico general, pues durante estos mil días de la invasión rusa de Ucrania o el año de guerra en Gaza ha destacado como analista de referencia sobre conflictos internacionales en decenas de tertulias de televisiones y radios.
De los desastres de la guerra este general aventurero, que también es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la UNED y doctor honoris causa por la Universidad Católica de València (UCV), sabe de sobra pues ha sido jefe de operaciones en misiones internacionales de paz de Naciones Unidas y la OTAN en Bosnia, Kosovo y en Afganistán, donde fue jefe del equipo de Reconstrucción Provincial de Qala e Naw. Ha sido director de la Academia General Militar de Zaragoza y del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.
Valencia, último destino
Su último destino, antes de pasar a la reserva el 18 de diciembre de 2019, fue Valencia donde en mayo de 2017 asumió el mando del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD) y del Cuartel General del Cuerpo de Despliegue Rápido de la OTAN en España (NRDC-ESP).
Álvaro recordaba que durante las ascensiones, Gan «lo mismo te daba una lección sobre misiles que te recitaba el último poema de Sabina o discutía apasionadamente sobre la estrategia del gran Alejandro en la batalla de Gaugamela». Y precisamente fue una de las lecciones de Alejandro Magno, «para hacer cosas grandes hay que pensar en grande», la tarjeta de presentación con la que se dio a conocer en su primer corrillo con los periodistas valencianos poco antes de jurar el cargo como máxima autoridad militar en la Comunitat Valenciana el 19 de mayo de 2017 en el Salón del Trono del antiguo convento de Santo Domingo de València, sede de la histórica capitanía militar.
En su faceta más personal, este catalán de nacimiento y aragonés de adopción se enamoró de Valencia tras sus los dos años y siete meses que estuvo destinado en la ciudad del Túria. Aunque reside en Zaragoza junto a su mujer, la aragonesa María Ángeles López Artal, actualmente gerente del Colegio Oficial de Economistas de Aragón y con la que comparte dos hijos, pasa largas temporadas en València, donde disfruta de paseos por la playa en compañía de su esposa y de colegas y amigos de distintos ámbitos.
Acercó las Fuerzas Armadas a la sociedad
Durante su mando en lo más alto del escalafón militar en Valencia mantuvo contacto con todos los estamentos políticos, sociales y culturales, estableciendo buenas relaciones con el Consell, entonces presidido por el socialista Ximo Puig; con el Ayuntamiento de València, con Joan Ribó (Compromís) al frente, y con muchas instituciones y entidades como es el caso de las universidades valencianas hacia las que abrió las puertas de las Fuerzas Armadas. Prueba de la cercanía y bonhomía del general es que en su último acto al mando del CGTAD, la recepción previa a las fiestas navideñas que ofreció el 14 de diciembre de 2019, asistieron más de 150 personas entre las que se contaban los máximos representantes de las instituciones políticas, académicas, jurídicas y sociales valencianas.
También ha sido conferenciante en el Club de Encuentro Manuel Broseta, ponente en innumerables foros públicos y restringidos sobre las necesidades de la Defensa nacional y la Unión Europea y se ganó el respeto y la admiración no solo de sus subordinados sino de muchos responsables institucionales, políticos, sociales, culturales y económicos. Uno de ellos, quien ocupaba un puesto oficial relevante en el Consell del Botànic comentaba ayer, a propósito de su designación como vicepresidente para la Recuperación Económica y Social: «Es un magnífico gestor. Cualificadísimo. Un buen tipo, un acierto. Hay que reconocerlo».