Entre títulos de Grand Slam y medallas olímpicas, Nadal ha sumado en su carrera el mismo número que lesiones. Sin duda, el gran lastre y el mayor enemigo de una carrera que de no haber sido por sus constantes problemas físicos quien sabe si podría haber llegado todavía a más alto nivel.
24 lesiones distribuidas por todo el cuerpo desde el año de su debut hasta la presente temporada que según las medias, podrían haberle arrebatado entre cuatro y cinco títulos de Grand Slam, lo que le dejarían a día de hoy como el más laureado de la historia.
Así de duro, pero de real lo ha ido relatando él mismo durante toda su carrera. «No recuerdo un solo partido de mi carrera sin dolor». Muchos meses sin poder competir y muchos torneos que se perdieron por culpa de las malditas lesiones. Quien no recuerda aquella final del Open de Australia ante Stan Wawrinka o el infortunio en su abdominal que le obligó a no poder jugar las semifinales de Wimbledon ante Nick Kyrgios.
De sufrir, Nadal sabe prácticamente igual que de ganar. ¿Pero, cuáles han sido todas estas lesiones que han mermado su carrera?
Fisura en el codo derecho (2003)
Con solo 17 años sufrió la primera de sus lesiones tras una caída. Una lesión complicada que puede llevar tiempo e incluso a pasar por quirófano, pero que a Nadal le bastó con solo un mes de inactividad para volver. La primera gran demostración de su poderío físico.
Fractura en el pie izquierdo (2004)
Solo un año después, en abril de 2004, sufrió una fractura en el escafoides del pie izquierdo (hueso navicular ubicado en la parte interna de los pies) originada por estrés y que produce un dolor agudo en la zona dorsal del pie (cercana al empeine). El dolor es muy limitante en cada paso. Le mantuvo dos meses parado.
Síndrome de Müller-Weiss (2005 y 2021)
El gran talón de Aquiles de su cuerpo y de su carrera. Aparecería por primera vez en 2005 y seguiría con estas molestias durante toda su carrera, con una fuerte recaída en 2021. Esta enfermedad es una patología en el desarrollo del hueso escafoides del pie (displasia). Se desarrolla durante el crecimiento y la formación del pie en la infancia, y se padece en la etapa adulta.
En 2005 se perdió Wimbledon y tampoco estuvo en Tokio, donde se disputaron los Juegos Olímpicos ese verano por lesión. Todo ello tras haber ganado su primer Roland Garros.
«Lo normal es que a cualquier persona esta enfermedad le hubiera impedido realizar con normalidad actividades que supongan un impacto o carga continuada» así lo relatan varios médicos, que aseguran que dicha lesión podría haber acabado con su carrera de todas, todas.
Todo lo que ha conseguido Nadal sufriendo esta enfermedad nos ha fascinado a los profesionales que nos dedicamos a la patología del pie
Hombro izquierdo y Antebrazo (2006 y 2007)
En junio de 2006 estuvo dos semanas parado después de sufrir molestias en el hombro izquierdo, aunque no tuvo mayor gravedad. El dolor a la hora de levantar el brazo por encima de la cabeza o al moverlo hacia adelante o detrás de la espalda le obligó a hacer una pequeña pausa.
En 2007 tendría que parar de nuevo unos días por unas molestias en el antebrazo debido a la sobrecarga sufrida por los partidos
Las rodillas (2008 – 2019)
A medida que pasaba el tiempo, los problemas no hicieron más que incrementarse y las lesiones no cesaron. En 2008, sufrió una tendinitis en el tendón rotuliano y, un año después, una tendinitis en las dos rodillas le hizo caer por primera vez en Roland Garros y perderse Wimbledon.
Sin duda, el gran quebradero de cabeza de su físico. En ellas, sufrió también una rotura parcial del tendón rotuliano de la rodilla izquierda, su lesión más grave, con recaídas en 2017, 2018 y 2019.
Muñecas (2014, 2016 y 2019)
En 2014 sufriría una desinserción de la vaina del cubital posterior de su muñeca derecha, que le mantendría tres meses fuera de la pista. Dos años más tarde, en 2016, comenzarían las molestias en la otra mano. Y en 2019 se tuvo que retirar en la Laver Cup por una fuerte inflamación en la muñeca izquierda, si bien no revistió mayor gravedad.
Psoas ilíaco (2018 y 2023)
En 2018 el balear sufrió por primera vez una lesión en el psoas ilíaco, la misma que volvió a sufrir en el Open de Australia de 2023 en el que prácticamente se convirtió en el inicio de su adiós. Le hizo perderse toda la temporada y pese a volver a inicios de este mismo año, la decisión era solo cuestión de tiempo.
Abdominal y costillas (2018 – 2022)
Los problemas continuaron lastrando el final de su carrera aunque, a pesar de ellos, logró imponerse a los mismos y conseguir algunos de sus títulos más importantes. En 2018 sufrió otra lesión abdominal que le mantuvo un mes de baja, algo que se repitió en 2019. Mientras que en 2022 tuvo una fisura por estrés del tercer arco costal izquierdo y, tras ello, una nueva lesión abdominal.
Microdesgarro muscular (2024)
Su última lesión fue un microdesgarro muscular que sufrió en enero de 2024 en Brisbane. Pudo regresar en Roland y los Juegos Olímpicos, pero tras ello, se tomó un nuevo descanso hasta desembarcar en Málaga, donde el pasado mes de octubre ya anunció que iba a ser el final de su carrera.
El mayor enemigo de Rafa siempre estuvo en su cuerpo. Las lesiones le lastraron una y otra vez y le impidieron en muchas ocasiones poder agrandar todavía más su leyenda. Pero pese a ello, Nadal luchó todos y cada uno de sus partidos y sus puntos dejando atrá el dolor. Ni excusas, ni mala suerte. Por mucho que el dolor atacará, Nadal siempre respondía de la misma manera. Con su lucha, con su garra y con sus victorias.