Los reyes Felipe y Letizia visitaron este martes Chiva, Utiel y Letur, tres municipios de Valencia y Albacete que sufrieron los destrozos provocados por las riadas. El ambiente de la visita a Chiva fue muy distinto al que vivieron en Paiporta hace dos semanas, cuando decenas de personas insultaron y lanzaron barro y piedras contra la comitiva de los reyes, Pedro Sánchez y Carlos Mazón.
En Chiva (con Mazón, sin Sánchez, pero con el ministro Ángel Víctor Torres), Felipe VI y doña Letizia se dedicaron a saludar, abrazar, y en la medida de lo posible pararse a hablar con los vecinos. Rodeados de personal del Servicio de Seguridad de la Casa del Rey vestidos de paisano, en alerta ante cualquier indicio de actitud hostil contra los reyes, don Felipe y doña Letizia se mostraron muy cercanos, alejados de cualquier protocolo.
Tanto es así, que en un punto del recorrido se produjo una escena sorprendente. A los reyes y autoridades les esperaban guardias civiles, bomberos, policías locales, miembros de Protección Civil, incluso militares de la Guardia Real, formados en varias filas. Lo protocolario hubiera sido que el primero en saludarles hubiera sido el rey, como jefe del Estado, y después la reina, el presidente de la Generalitat Valenciana y el ministro de Política Territorial.
Sin embargo, en ese contexto de cercanía, de saludar a decenas de personas cada pocos metros, provocó que la primera en llegar al inicio de ese grupo de personal de los cuerpos y fuerzas movilizados por la Dana fuera la reina Letizia. Así que guardias reales, policías, guardias civiles… se llevaron la mano a la gorra e inclinaron la cabeza para saludar a la reina, antes de hacerlo ante el rey.
En la segunda parada de la visita, en Utiel, los reyes saludaron a los guardias civiles delante de la casa cuartel y ya se recuperó el orden protocolario: primero, el rey, y detrás la reina.