Pedro Rocha no podrá ser candidato a las elecciones a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que se celebrarán el 16 de diciembre. La Audiencia Nacional le ha denegado la suspensión cautelar de la inhabilitación que le impuso el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y le deja ya sin comodines para optar a presidir de nuevo el máximo organismo federativo.
El dirigente extremeño queda ahora a expensas de que la Justicia resuelva sobre el fondo de su recurso frente a esa inhabilitación del TAD. Pero eso será dentro de semanas o quizá de meses, lo que impediría a Rocha ser candidato a las elecciones, aunque la Audiencia Nacional le acabara otorgando la razón, dado que el plazo para poder presentar candidaturas termina el 3 de diciembre.
El contenido de la sentencia
«Si la sentencia final firme mantuviese la legalidad de la inhabilitación, se generaría un grave problema respecto de todas aquellas decisiones que hubiera tomado el actor durante su mandato, afectando además, a terceros. Un perjuicio nada desdeñable desde la perspectiva del interés público y de terceros», sostiene la resolución del juez.
Termina así la huida hacia delante de Rocha para tratar de heredar el trono de Luis Rubiales en la RFEF, tras la presidencia temporal que ocupó durante algunos meses y de la que cesó, precisamente, después de que el TAD resolviera que había ejercido «abuso de poder» mientras estaba al frente de la gestora federativa, en los meses posteriormente a la dimisión de Rubiales.
Los motivos de la inhabilitación
Rocha siempre consideró injusta dicha sanción, apelando, entre otras cosas, que ejecutó la hoja de ruta marcada por quien entonces presidía el Consejo Superior de Deportes, Víctor Francos. Un argumento que no evitó que el TAD estimara que se había excedido en sus funciones, especialmente en el cese del secretario general de la Federación, Andreu Camps.
Una vez firme en vía administrativa, Rocha acudió a la Justicia ordinaria para buscar la anulación de la sanción. Su primera solicitud de medidas cautelares fue denegada, lo que le obligó a abandonar la presidencia de la RFEF en septiembre, y también lo ha sido la segunda, una vez convocadas las elecciones a la presidencia.
La situación de las elecciones
Pese al embrollo judicial y la inhabilitación, Rocha seguía siendo el candidato preferido de los barones territoriales de la RFEF y contaba también con el beneplácito de LaLiga y la Liga F, instituciones a las que Rubiales había declarado la guerra y con las que reconstruyó puentes tras asumir el liderazgo de la Federación.
Ahora, los presidentes de las territoriales deberán buscar un nuevo candidato de unidad si quieren asegurarse el control de la RFEF durante los próximos cuatro años. Como informó El Periódico de España, el presidente andaluz, Pablo Lozano, es el mejor colocado para ser el aspirante ‘oficialista’ al cargo.
Por el momento, Juanma Morales es el único aspirante que ha presentado una candidatura a la presidencia de la RFEF. Otros, como Carlos Herrera, Eva Parera o Álex Aranzabal han verbalizado en los últimos tiempos su voluntad de ser presidentes del fútbol español, pero ninguno de ellos ha presentado hasta ahora un proyecto. Las peculiaridades de las elecciones federativas, no obstante, hacen muy difícil que cualquiera de ellos tenga opciones reales si las federaciones territoriales consensúan un candidato.
