En los últimos años, el término «superalimentos» se ha convertido en un concepto común en el mundo de la nutrición y la salud. Estos alimentos se promocionan como los mejores amigos de nuestro cuerpo, y no es difícil entender por qué.
Los superalimentos son alimentos ricos en nutrientes que se cree que tienen un impacto positivo en nuestra salud. Estos alimentos incluyen bayas, semillas, frutas, verduras, pescado y hierbas, entre otros. Se dice que son ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y otros compuestos beneficiosos que ayudan a nuestro cuerpo a combatir la enfermedad y a mantenerse saludable.
Los beneficios de comer superalimentos
Uno de los beneficios clave de los superalimentos es que son ricos en antioxidantes, que son sustancias que ayudan a proteger nuestro cuerpo de los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables que se producen naturalmente en nuestro cuerpo y pueden causar daño celular. Los antioxidantes ayudan a neutralizar estos radicales libres y a prevenir el daño celular.
Además de ser ricos en antioxidantes, muchos también tienen propiedades antiinflamatorias. La inflamación crónica se ha relacionado con una serie de enfermedades, como la artritis, la diabetes y las enfermedades cardíacas. Al comer una dieta rica en superalimentos, podemos ayudar a reducir la inflamación en nuestro cuerpo y prevenir estas enfermedades.
Otro beneficio de los superalimentos es que pueden ayudar a mejorar la digestión. Muchos de ellos son ricos en fibra, que es esencial para una digestión saludable. La fibra ayuda a mantener los movimientos intestinales regulares y puede prevenir el estreñimiento y otros problemas digestivos.
El polen de abeja, un superalimento que vale para todo
No hace falta ir a la miel para beneficiarse de las abejas. También podemos alimentarnos con su polen, que parte del polen de flores ya mezclado con néctar y saliva y almacenado en la colmena. No suena muy apetecible así, pero la miel nos la comemos bien a gusto y surge del mismo proceso. Y en este caso las propiedades seguro que te convencen.
El polen de abeja tiene prácticamente todas las vitaminas posibles, destacando A, D, E y algunas del grupo B pero sin olvidarnos de C y K. También está repleto de minerales como el sodio, el magnesio, el hierro o el potasio. Y un 25% de su composición es proteína. Se le atribuye esta larga lista de beneficios para la salud:
- Baja el colesterol alto
- Frena la caída del pelo
- Mejora la potencia sexual
- Combate el estrés
- Previene enfermedades
- Protege la próstata
- Mejora la resistencia física
- Refuerza el estado de ánimo
- Potencia la capacidad intelectual
- Mejora la visión
¿Cómo podemos comerlo?
Las opciones son amplias. Desde tomar las cucharadas hasta incluirlos en otros alimentos como bebidas, yogures o ensaladas. La cantidad recomendable en adultos diaria es de entre 20 y 30 gramos, no superando en ningún caso las dos cucharadas de postre. En niños, en función de la edad, una cucharada de café de 3 a 5 años (12 gramos), una cucharada y media de café de 6 a 12 años (16 gramos) y una de postre a partir de 12 años (20 gramos). Es muy recomendable moler bien los gránulos antes de comerlos para que sean más fáciles de tomar. Y lo más importante: si tienes alergia a algún tipo de polen consúltalo con un médico antes de ingerir este superalimento.