«Yo tengo una máxima, y es que no hay quedarse quieto», comenta Pepe Moreno al otro lado del teléfono desde su casa en la Costa Oeste de Estados Unidos. La carrera de este dibujante valenciano ha estado marcada por esa inquietud, esa necesidad de introducirse en nuevos territorios artísticos y tecnológicos en los que abrirse paso. “Siempre he tenido una tendencia natural a explorar. Soy artista desde que nací. Yo nunca aprendí a dibujar, sino que siempre lo hice”, explica. Esa inclinación natural hacia el dibujo y una estética influenciada por los colores y la luz de su tierra natal marcaron la trayectoria de un autor que, desde los cómics hasta los videojuegos, ha mantenido una identidad visual única y fácilmente reconocible.

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