En el monumento de los caídos de Pamplona hace ocho años que ya no descansan los restos de los militares franquistas, Emilio Mola y José Sanjurjo. Ahora, ni siquiera sus criptas sobrevivirán. El acuerdo alcanzado entre el PSN, EH Bildu y Geroa Bai en la capital navarra prevé no sólo el derribo de las mismas sino la resignificación completa del monumento erigido en 1942 por las autoridades franquistas para ensalzar su levantamiento militar de 1936.

La profunda transformación al que será sometido el complejo para convertirlo en un centro de memoria crítico contra el fascismo, comenzará con el nuevo nombre que asumirá: Centro Maravillas Lamberto, en recuerdo a la adolescente navarra de 14 años, hija de un militante de la UGT, que fue violada y asesinada junto a su padre por las tropas franquistas.

La resignificación incluirá la retirada de los mármoles con referencias a Franco que aún perviven en el interior del recinto y la demolición de las arquerías exteriores del edificio. El centro de interpretación que se pretende instalar en su interior contempla la difusión con fines pedagógicos de una lectura crítica del pasado que simbolizó el franquismo y una defensa de la memoria democrática y los derechos humanos.    

El complejo perderá la condición de monumento para convertirse en un centro que eduque a las futuras generaciones en la vulneración de los derechos humanos que supuso el golpe militar de 1936 y la posterior dictadura, “que supusieron exilio, asesinatos, la represión y la conculcación de derechos”, señalan en el acuerdo las tres formaciones. Además, se quiere secularizar el edificio y transformar el propio inmueble para crear “un nuevo paisaje urbano y simbólico”.

Fin pedagógico

Está previsto que las pinturas de Ramón Soltz que existen en su interior, se mantengan como símbolo de la visión “destructiva, supremacista, belicista y contraria a la libertad” que representó el fascismo que asoló Europa en los años treinta del siglo pasado.

Este paso supone un hito más en la redefinición del hasta ahora Monumento a los Caídos de Pamplona que comenzó a modificarse con la llegada de EH Bildu al gobierno de Pamplona hace tres legislaturas. Los firmantes recuerdan que ya se modificó en 2016 el nombre de la plaza en la que está ubicado, que pasó a denominarse Plaza de la Libertad. Además, tras la exhumación de los restos de “los golpistas Mola y Sanjurjo” el complejo arquitectónico perdió la condición de mausoleo. Se subraya que la aprobación en noviembre de 2016 del censo de símbolos franquistas incluyó los existentes en el Monumento de los Caídos que ahora se quiere transformar. En 2019 el edificio ya fue objetio de un concurso internacional para recabar posibles ideas de su reconversión.

La formación con más representación en el Consistorio de Pamplona, Unión del Pueblo Navarro (UPN) ha calificado de “inaceptable, oscuro y sectario” el acuerdo: “Proyectar en ese edificio un entorno de convivencia y de paz liderado por Bildu, que son los herederos del fascismo más reciente en nuestra tierra, es una auténtica vergüenza. A los abertzales les interesa visibilizar la memoria franquista, que nosotros siempre hemos condenado, para tratar de ocultar la memoria del terrorismo de ETA, que siguen sin condenar”, han asegurado.

Para la formación que lidera Cristina Ibarrola, “es especialmente sonrojante que, por parte de Bildu, hayan liderado este acuerdo Miren Zabaleta y Joxe Abaurrea, quienes para nosotros no tienen legitimidad para hablar de convivencia, de libertad o de diálogo”. La formación ha recordado que “ya existe un espacio para la memoria en el Palacio de Rozalejo”.

Un largo contencioso simbólico

Han asegurado que el acuerdo se ha alcanzado de modo “oculto y sectario” y saltándose todos los órganos de representatividad, “como son las comisiones y los plenos”: “Lo han acordado a escondidas y con nocturnidad. Podría haber sido una solución de consenso, pero no han querido”.

De este modo se da un nuevo paso en un proceso para redefinir el complejo que comenzó hace años y que se ha topado incluso con litigios en los tribunales. En enero de 2019 la Justicia navarra dio la razón al alcalde de Pamplona, Joseba Asirón (EH Bildu) al admitir el recurso que presentó y que revocaba la sentencia del 2 de julio pasado que calificaba de nula la exhumación de los restos del general franquista José Sanjurjo de la cripta del Monumento a los Caídos de la capital navarra. El Consistorio había recurrido la resolución emitida por el Juzgado de lo Contenciosos Administrativo número 2 de Pamplona y que abría la puerta a que la familia de Sanjurjo, así como de Dimas y Joaquín Aznar Zozaya -también enterrados en la citada cripta-, pudieran volver a enterrar los restos de sus familiares en ella. Los mismos habían sido exhumados por el Consistorio el 16 de noviembre de 2016 después de un acuerdo con el Arzobispado de Pamplona.

Las dos familias habían recurrido la medida, que también provocó la exhumación de los restos del general Mola y varios combatientes requetés, abriendo así una pugna judicial similar a la que la familia del dictador Francia tiene planteada con el Gobierno. En este caso, el último pronunciamiento de la Justicia ha dado la razón al Consistorio y avala su decisión de retirar los restos del monumento que en su día se levantó «por los caídos» y que hoy es propiedad municipal y cuyo mantenimiento está sufragado con fondos públicos. Actualmente el complejo, del que se retiraron toda la simbología franquista, está cedido en usufructo al Arzobispado de Pamplona, que también apoyó la exhumación de los restos.

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