La frase era una provocación en el mejor estilo del populismo legüista. Pero el escenario fue lo que izó la rabia: la presentación de una nueva fundación dedicada a una víctima de violencia de género, golpeada a muerte hace poco más de un año por su exnovio italiano. «El patriarcado ya no existe», dijo el ministro italiano de Educación y del Mérito, Giuseppe Valditara. «El aumento de los casos de violencia sexual [en Italia] están relacionados con formas de marginalidad y desviación que proceden de alguna manera también de la inmigración ilegal«, añadió, en un mensaje grabado enviado desde su despacho y difundido en presencia de los familiares de la joven asesinada. 

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