Tres semanas después de la trágica DANA de Valencia, es el momento de tomar decisiones y de considerar la posibilidad de abandonar las zonas inundables, de emigrar a espacios más seguros porque el clima del Holoceno ya no existe. Hemos entrado en un clima nuevo, el Antropoceno, por decenas o centenas de miles de años, que nos obliga a asumir la cultura de la emergencia.
Tres semanas después de una gran tragedia tantas veces “anunciada” toca reflexionar, aprender de ese futuro segado por las muertes y los daños a familias, infraestructuras y propiedades: estamos ante un futuro fallido, “proyectado” por las administraciones y debemos transformarlo en un futuro deseable.
Porque este futuro presente que trajo la burbuja inmobiliaria, la especulación, la corrupción y el gobernar de espaldas al cambio climático se ha triturado de golpe. Las riadas se han llevado la vida de más de 220 personas, afectando a miles de familias, más de cien mil vehículos de todo tipo y 370.000 trabajadores, autónomos y pequeños empresarios.
Un desorden urbanístico territorial, la construcción de viviendas y todo tipo de edificios públicos y privados, desde centros comerciales a polígonos industriales o colegios, permitido y creado por las administraciones y gobiernos por décadas ya no es asumible, o no debería serlo, por una población que, de manera quizá “inconsciente”, vivía tranquilamente en riesgo, sin saberlo. Viviendo bajo el volcán Mediterráneo, Mare Nostrum se ha recalentado hasta alcanzar comportamientos tropicales algunos meses del año. Se nos había olvidado que este planeta que llamamos Tierra, seguramente por nuestra visión antropocéntrica, es realmente el Planeta Agua.
Modelo territorial peligroso
El geógrafo valenciano Josef Vicent, así como catedráticos, distintos colegios de geología e ingeniería hidráulica de España, estos días, nos han repetido muchas veces que «el modelo territorial nos pone en peligro» y doctores en física de los océanos, meteorólogos y ecólogos nos han repetido también muchas veces estos días que “el cambio climático mata” y que “el Mediterráneo se había convertido en una bomba de relojería”.
Es nuestro deber volver a lo esencial, a lo básico, a un mapa racional, moderado y ordenado del país y cambiar la forma de gobernar, no es posible ya gobernar de espaldas a un cambio climático que superados los +1.5ºC se torna en caos climático. El Mediterráneo es de las zonas que más se calienta de la Tierra. Josef Vicent dijo “debemos volver a un entorno de seguridad territorial y personal y no de riesgo, como el que vivimos ahora sin saberlo».
Gestionar los riesgos
Fernando Prieto, director del Observatorio de Sostenibilidad , plantea que hay que partir de la evidencia y de los enfoques científicos basados en la mejor ciencia disponible para diagnosticar, analizar e intentar solucionar el grave problema de las inundaciones, para cada una de las cuencas y cada uno los territorios. El doctor en ecología añade que “es imprescindible una etiqueta para cada edificación y cada calle del país que informe exactamente al propietario o inquilino del riesgo que presenta”.
En Francia, a la hora de hacer la compraventa de una vivienda es imprescindible, es obligatorio incluir un informe de riesgos naturales y tecnológicos, conocido como «État des Risques et Pollutions» (ERP), para poder cerrarla y tiene que estar en conocimiento del comprador. Este informe debe detallar los riesgos geológicos, incluyendo los riesgos de inundaciones, así como otros riesgos naturales y tecnológicos, por ejemplo por riesgo de contaminación y por la contaminación que pueda afectar a la propiedad por tecnología implantada en el entorno (centrales nucleares, químicas, petroleras y otras).
Informe demoledor
El Observatorio Sostenibilidad ha presentado el informe: INUNDACIONES 2024: MUERTES EVITABLES un análisis de las grandes áreas urbanas con relación a su lámina de inundación de 100 años incluyendo análisis por renta, un análisis preliminar de los efectos de la DANA 2024 y un buscador para que todo el que quiera localizar su vivienda en riesgo con relación a tres láminas de inundación, 10, 100 y 500 años (periodos de recurrencia, de frecuencia de lluvia previsible en una zona o cuenca determinada).
Se trata de un visor para comprobar cuáles son las líneas de inundación a 10, 100 y 500 años, cruzándolas con los mapas de ocupación del suelo: “las inundaciones son el principal problema que tiene la sociedad en término de pérdidas de vidas humanas y económicas respecto al cambio climático y además el contingente de población con bajos ingresos para enfrentarse a los daños causados en sus viviendas y propiedades por la riada es muy considerable” explica Fernando Prieto.
El informe del Observatorio de Sostenibilidad es contundente: La DANA de 2024 además de ocasionar más de 220 muertos, afectó a más de 150 mil personas directamente, de las cuales casi dos tercios de la población afectada tiene una renta inferior a la media de España.
También afectó a unas 660 hectáreas de zonas residenciales, destruyendo infraestructuras lineales de transporte e infraestructuras críticas como estaciones de abastecimiento de aguas o depuradoras. Discurrió en 16.000 hectáreas por fuera de la lámina de periodo de retorno de 500 años, particularmente observable en la aplicación que han creado, y se aprecia de forma espectacular en la Rambla del Poyo y la Albufera.
Hora de decisiones
Las personas afectadas deberían pensar si acogerse a las ayudas o créditos a los que puedan acceder, o retirarse estratégicamente de esas zonas inundables y reiniciar su vida en áreas de la misma comunidad valenciana más seguras, o trasladarse a núcleos urbanos seguros. También considerar no verse obligados a comprar un coche, ya que en las inundaciones se ha visto que son “ataúdes rodantes” y poder establecerse en lugares con abundante transporte público y/o demandarlo es evitar un riesgo potencial.
Si bien los huracanes en Estados Unidos o México son diferentes, pues es posible monitorear con más tiempo de antelación el lugar casi exacto de los principales impactos, con antelación de dos o tres días -aunque no en todos los casos, permiten actuaciones ordenadas de evacuación y salvar enseres y haciendas.
Si la destrucción es muy grande los habitantes de dichas zonas y ciudades pueden recibir ayudas y establecerse en otros lugares y estados. Sucedió en Nueva Orleans con el Katrina o en Florida, es común. No se produce el regreso inmediato de la población, se elige, a veces se produce una vuelta escalonada, a veces se opta por una vida mejor o más segura. Los gobiernos, empresas e instituciones deberían pensar también en retiradas estratégicas para adaptarse al cambio climático. Las aseguradoras lo agradecerán.
Zonas de riesgo
Según el Observatorio de Sostenibilidad más de 1 millón de habitantes residían en el año 2021 en área con riesgo de inundación medio en grandes áreas urbanas de España. Por señalar solo algunas: Murcia: presenta más de 260.000 habitantes susceptibles de ser afectados: Barcelona casi 97.500 habitantes, Valladolid, casi 83.000 habitantes, Sevilla, casi 54.000 habitantes. Esta población, en su inmensa mayoría no conoce si vive o no en zonas inundables. Es increíble. Necesitamos también introducir los riesgos del clima y las inundaciones en el currículo de los estudiantes, incluyendo simulacros, como se hace en otros países.
Si no se cambian las prioridades y se sitúa la vida humana en el centro frente a la especulación económica ahora imperante, se producirán decenas de miles de muertes previsibles en los modelos de cambio climático en las riberas del Mediterráneo. Más de doscientos muertos ya es insoportable, por lo que habrá cambios de gobernanza, pero también en la ciudadanía y las pequeñas poblaciones. Adaptación, retirada estratégica, realización de infraestructuras, educación para políticos y también para funcionarios y la población.
Retiradas estratégicas
Si seguimos arrojando gases de invernadero irresponsablemente a la atmósfera y perpetuando este modelo socioeconómico nos tendremos que ir adaptando a impactos solo imaginables a través de la tragedia de esta DANA. Los miles de muertos anuales por mor de la contaminación y de las olas de calor no hemos sido capaces de visualizarlos, pero estos sí. Es hora de horrorizarnos.
El cambio climático va extendiendo el impacto, en algunos casos lo hace más intenso: el Mediterráneo siempre ha sido caldo de cultivo de fenómenos meteorológicos extremos, pero por ejemplo las DANAs históricas muy dañinas que tradicionalmente se suceden a lo largo de dos meses, octubre y noviembre se están extendiendo en los últimos años a más meses y sobre todo hacia el final del otoño y el invierno.
Las retiradas estratégicas, sean temporales o definitivas han de aplicarse: si una casa está en zona inundable (o en la trayectoria de incendios forestales intensos), el propietario debe ser consciente que es el propietario de ese riesgo.
Los ciudadanos deben ser conscientes de sus riesgos y las administraciones facilitar dicha toma de conciencia mediante actuaciones y leyes. Eliminar viviendas e infraestructuras edificadas en zonas de alto riesgo de inundación: la Mesa Social del Agua ha lanzado a raíz de la DANA esta petición de retirada, esta Mesa es una iniciativa que reúne a diferentes actores sociales, como organizaciones no gubernamentales, sindicatos, colectivos y ciudadanos, para abordar y gestionar los problemas relacionados con el agua. Es hora de retiradas estratégicas.
Cultura de emergencia
Hará falta además una investigación seria, independiente y prospectiva de esta DANA. Falta una cultura de la emergencia en este país, pero sobre todo en los responsables políticos. En relación con la comunicación y dado el rango tan amplio que cubre un aviso de alerta roja de la AEMET, que indica “un riesgo extremo debido a fenómenos meteorológicos adversos”, quizá habrá que inventar las alertas negras.
Es tiempo de mejorar en todos los aspectos posibles y acertar con los planes y tiempos para la adaptación, quizá profunda, al cambio climático. Aunque no es posible eliminar por completo las inundaciones en una era de cambio climático e intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos, la prevención y la gestión eficaces de las inundaciones en las llanuras aluviales de los ríos pueden hacer una contribución significativa.
Las obras planificadas y aprobadas por las cortes valencianas como el plan PATRICOVA desde 2003 que incluía una actuación preferente en la Rambla del Poyo, de haberse realizado, expertos como el catedrático Félix Francés de la UPV calculan que podría haber limitado, teóricamente, el impacto en esta zona, a la mitad, según el caudal medido por segundo hasta que se rompieron los sensores.
Hace falta una Agencia de la Emergencia nacional, con capilaridad territorial y con capacidad para actuar hasta cierto punto con autonomía, capacidades que deberán establecer gobiernos que miren de frente al calentamiento global y a los riesgos geológicos, porque el clima del Holoceno ya no existe, hemos entrado en un clima nuevo, en una era nueva, el Antropoceno, por decenas o centenas de miles de años.
Cuestión de pensárselo dos veces.