El otoño trae consigo una serie de cambios que pueden afectar a muchas personas, especialmente a aquellas que padecen artrosis. Esta enfermedad degenerativa de las articulaciones se manifiesta a través del desgaste progresivo del cartílago, lo que provoca inflamación y dolor en las articulaciones. Durante esta estación, las variaciones en la temperatura y la humedad pueden intensificar los síntomas, generando un malestar adicional que puede dificultar las actividades cotidianas.
Aunque la artrosis es más común en personas mayores, también puede presentarse en adultos de mediana edad e incluso en quienes han practicado deportes de alto impacto durante mucho tiempo. El esfuerzo repetido sobre las articulaciones acelera su desgaste, aumentando el riesgo de desarrollar esta condición. Por eso, es clave que quienes padecen artrosis tomen medidas para cuidar sus articulaciones en otoño, ayudándose a aliviar los síntomas y mejorar su calidad de vida.
El Doctor Carlos Jarabo, director médico de Clínicas Cres, nos da algunos consejos para sobrellevarlo de la mejor manera posible.
Incremento del dolor articular
Uno de los efectos más significativos que el otoño puede tener en las personas que padecen artrosis y lesiones crónicas es el incremento del dolor en las articulaciones. Durante esta estación, la caída de las temperaturas y el aumento de la humedad en el ambiente pueden hacer que las articulaciones se vuelvan más sensibles y propensas a molestias. Además, las temperaturas más frías pueden provocar que los músculos se contraigan, lo que a su vez tensa los tendones y genera una mayor presión sobre las articulaciones afectadas. Este aumento del dolor articular puede dificultar la movilidad, limitando así la capacidad de las personas para llevar a cabo sus actividades diarias y disfrutar de su rutina habitual. Es esencial que quienes sufren de estas condiciones presten atención a estos cambios y busquen maneras de manejar sus síntomas durante el otoño.
Consejo: Para reducir el dolor articular durante el otoño, es importante mantener las articulaciones calientes y móviles. Se recomienda usar ropa adecuada que conserve el calor corporal y aplicar calor local en las zonas doloridas. Además, realizar ejercicios suaves de estiramiento y movilidad ayudará a mantener las articulaciones flexibles y a prevenir la rigidez.
Disminución de la actividad física
El frío, la humedad, la lluvia, son condiciones atmosféricas que pueden desalentar la práctica de actividad física al aire libre.
Consejo: En lugar de evitar la actividad física, se recomienda adaptar la rutina a esta estación, practicando actividades en lugares cubiertos y ajustar la actividad a ejercicios de bajo impacto, eligiendo los horarios de mayor temperatura y usando una indumentaria más cálida. Los ejercicios en el agua suelen ser excelentes opciones, ya que el agua caliente puede proporcionar alivio a las articulaciones.
Mayor rigidez de la articulación por las mañanas
La rigidez matutina de las articulaciones aumenta en las mañanas frías de otoño. Al despertar, las articulaciones pueden sentirse algo más rígidas y tener dificultad para moverlas. Esto puede afectar la capacidad de levantarse de la cama y comenzar el día con dolor.
Consejo: Una ducha caliente puede ser beneficiosa para reducir la rigidez matutina, realizar ejercicios suaves de movilidad y estiramiento muscular antes de levantarse de la cama también puede ayudar. Consultar con un médico deportivo o un fisioterapeuta para obtener una rutina de ejercicios personalizada, puede ayudarle a disminuir esta rigidez matutina.
Mayor sensibilidad a los cambios de presión atmosférica
Durante el otoño, los cambios frecuentes en la presión atmosférica pueden incrementar la sensibilidad en las articulaciones de quienes padecen enfermedades degenerativas o lesiones crónicas. Cuando la presión atmosférica baja antes de una tormenta o un cambio en el clima, algunas personas pueden notar un aumento en el dolor y la inflamación articular.
Consejo: Si este es su caso, mantener los barorreceptores de las articulaciones bien acondicionados es fundamental para paliar los síntomas. La medicina regenerativa y sus tratamientos basados en la bioestimulación autóloga, consiguen que los barorreceptores de las articulaciones se encuentren bien acondicionados para tolerar estos cambios de presión.
Cambios en la alimentación y el peso
Con la llegada del otoño, solemos dejas atrás las ensaladas y otros platos ligeros, para dar paso a platos con mayor índice calórico. El aumento de las comidas ricas en calorías y la disminución de la actividad física, pueden llevar al aumento de peso, lo que ejerce una presión adicional sobre las articulaciones y puede empeorar los síntomas de la artrosis.
Consejo: Mantenga un equilibrio en su dieta y evite el exceso de alimentos ricos en calorías. Una dieta con alimentos ricos en antioxidantes y nutrientes que sean beneficiosos para la salud de las articulaciones, como el omega-3 y la vitamina D puede ser de mucha utilidad.
Inflamación y dolor articular: La nutrición personalizada como solución
Una alimentación personalizada acorde con nuestra genética y microbiota intestinal es clave para favorecer la reducción de la inflamación y los síntomas asociados a procesos reumáticos como la artrosis y artritis.
Por una parte, con los estudios genéticos nutricionales, sabemos a nivel celular qué nutrientes son más afines a nuestro metabolismo, teniendo conocimiento para toda la vida de qué alimentación llevar de forma precisa y personalizada. Ya que las diferencias interindividuales están marcadas por nuestro ADN.
Por otra parte, con el estudio de microbiota intestinal, se identifican causas asociadas a inflamación y favoreciendo un sistema inmune óptimo. Podremos saber, si a nivel interno presenta alguna infección de tipo biológico (parásitos, hongos, bacterias, archeas), si presenta un sobrecrecimiento de microorganismos, se analizan parámetros relacionados con la inflamación, se mide la permeabilidad intestinal (es decir, cómo está la membrana de su intestino), ya que, a mayor permeabilidad intestinal, mayor inflamación generalizada y mayor sintomatología asociada a dolor articular e hinchazón.
Entre el 60-80% de las células inmunitarias están alojadas en nuestro intestino y la microbiota intestinal tiene un propio sistema inmunológico, por lo que cuidar nuestra microbiota y ponerle un tratamiento personalizado va ayudar a mejorar la inmunotolerancia y por lo tanto a mitigar el ataque que hace nuestro cuerpo a las articulaciones, así como, presentar una defensas más altas, todo ello, favorece un contexto antiinflamatorio y una gran calidad de vida.
Medicina regenerativa: Terapias sin rechazo ni efectos secundarios
El Dr. Carlos Jarabo, director médico de Clínicas Cres, destaca que la medicina regenerativa no solo alivia los síntomas de la artrosis de rodilla, sino que aborda su origen. Los tratamientos con Medicina Regenerativa, son técnicas que se llevan a cabo con el propio material biológico del paciente, por lo evitan rechazos y efectos secundarios adversos, lo que reduce significativamente el tiempo de recuperación.
Según el Dr. Jarabo, los resultados son significativos: reducción del dolor en un 75%, disminución de la inflamación y mejora de la funcionalidad articular, incluso en casos avanzados
La Clínica Cres Mallorca está situada en Carrer de Bartomeu Ferrà, 3, 1º. Se puede pedir cita previa en el 971 25 35 38
El Dr. Carlos Jarabo enfatiza la importancia de un diagnóstico temprano para maximizar la eficacia del tratamiento. Contar con la experiencia de profesionales especializados es fundamental para aplicar las terapias adecuadas y mejorar significativamente la calidad de vida del paciente.