Después de que la última pareja del especial Halloween de First Dates decidiera darle una oportunidad al amor, irrumpía en las televisiones del país Horizonte, el último Halcón Milenario de Iker Jiménez en Cuatro, retransmitiendo desde «el epicentro de la tragedia». El olfato periodístico del director del programa puso a trabajar a su equipo de colaboradores apenas dos días después de la irrupción de la DANA en el Levante español, en una emisión especial, con directos y falsos directos desde las zonas más afectadas. ¿Informativo, telerrealidad, entretenimiento? Desde el principio estuvo clara la confusión de géneros que llevó al veterano Iker Jiménez a resbalar por el fango de la parrilla televisiva. «Llevo toda la vida buscando misterios… ¿Quién me iba a decir que a ocho kilómetros de Valencia iba a entrar en la dimensión más oscura?», confesó al inicio de Horizonte.
Más de media vida escuchando psicofonías han llevado a Iker Jiménez a tener tres Antenas de Oro, un Premio Ondas y un oído muy fino para lo extrasensorial. Tan fino, tan fino que le permite escuchar fuentes a las que otros periodistas ni siquiera intuyen (como los sonidos ultrasónicos que solo oyen ciertos animales) y le permitió afirmar, por ejemplo, que en el párking de Bonaire, en Aldaya, iban a aparecer muchos cuerpos. «Muchos cuerpos. Muchos», puntualizó en las redes el comunicador aunque finalmente no se encontró ningún cadáver. El comentario, al que se le ha hecho a estas alturas de la película hasta un análisis morfológico, no fue la única tesis sostenida o sugerida en este espacio televisivo que como decimos confundió algunos géneros mezclando la parapsicología con las merinas.
Horizonte lanzó tres mensajes básicos. Por un lado, la inoperancia de la clase política, especialmente la del «compañero Pedro Sánchez» y su falta de prevención, planificación y respuesta ante el caos; generó confusión sobre las cifras y su posible ocultamiento por parte del Estado («hay más de 800 personas desaparecidas», apuntó en otro momento uno de los colaboradores, el doctor Cabrera, célebre por el caso Alcàsser); y por último, no reportajeó sobre la solidaridad pero se cebó en el saqueo al que la jauría humana está sometiendo a Valencia desde la irrupción de la DANA («Paiporta es el Port Aventura de los ladrones», se dijo a modo gráfico de ejemplo). Caos y barro, un discurso en el que el único aliento de esperanza lo llevaban a la zona cero el mismo equipo de colaboradores de Jiménez (que hasta desplazaron tres furgonetas para que las pudieran emplear los afectados que se hubieran quedado sin coche) y –a dios gracias– las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Horizonte congregó frente a la pantalla a 1,4 millones de espectadores, la mejor cifra de su historia, que pudieron ver, por ejemplo, cómo el abogado y youtuber Daniel Gisbert se manchaba deliberadamente de barro los pantalones para hacer más realista su directo (en realidad, eso lo pudieron ver unas horas más tarde en un vídeo difundido en redes en el que el colaborador había sido pillado por la cámara de un vecino tuneándose el uniforme y por el que, al parecer, ha sido despedido); al mecánico e influencer Ángel Gaitán, que ha repartido comida entre los damnificados por la DANA en función de los likes que han dado sus seguidores a los pueblos valencianos (más me gustas, más comida); o Nacho Navarro, craneólogo y deambulador de pódcasts (sic), que relató «toda la verdad del apocalipsis» micrófono en mano. A los reporteros callejeros se sumó en el plató Carmen Porter, que resumió la peripecia mientras la gente gritaba a cámara desde los balcones: «Estamos con el pueblo; para esto sirve nuestro programa, no para contar numeritos. Escuchen lo que nos piden desde las ventanas», reseñó circunspecta en una mesa a la que habían sentado a especialistas como el coronel Pedro Baños.
Iker Jiménez, que ha hecho mil programas sobre fantasmas (Cuarto Milenio, La nave del misterio, Milenio 3 o La estirpe de los libres), ha terminado confundiendo los géneros y relatando un drama como el de Valencia con la escaleta de quien cuenta el avistamiento de un ovni, los dibujos de Nazca o la reaparición de las caras de Bélmez. Su Horizonte terminó dando pábulo a bulos que salpican de fango las redes sociales desde un medio de comunicación serio, como Mediaset, pudiendo generar aún más confusión. Un banco ya se ha retirado como anunciante. El peligro de hablar mucho de fantasmas es terminar estando rodeado de algunos de ellos, y el problema de confundir las escaletas es presentar como periodismo lo que rozaba el telefango.