Una de cada cuatro viviendas que se encuentran actualmente en alquiler en España se destinan bien a fines turísticos, bien al denominado alquiler de temporada, con lo cual esquivan cualquier medida de contención de precios, que solo están previstas para los arrendamientos tradicionales o de larga duración. El dato lo ha facilitado el director general de Economía del Banco de España, Ángel Gavilán, en una comparecencia ante la Comisión de Vivienda y Agenda Urbana del Congreso de los Diputados, que lleva ya nueve sesiones escuchando a expertos de distintos ámbitos para tratar de hallar soluciones a la actual crisis habitacional.
En concreto, «según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística, el INE, unas 395.000 viviendas están dedicadas al alquiler vacacional, eso supone un 10% del tamaño del mercado del alquiler global», ha señalado Gavilán en su intervención. En cuanto al arrendamiento de temporada, «una tendencia que va cada vez más al alza y que tiene un marco regulatorio muy laxo», el alto cargo del Banco de España ha reconocido que, pese a que no existen cifras oficiales, «la información que facilitan los principales portales inmobiliarios apunta a que un 15% de los pisos del mercado del alquiler se encuentran bajo este régimen».
Gavilán ha citado una tercera tipología, el alquiler compartido o por habitaciones, que también está ganando cada vez más terreno, «a un ritmo de crecimiento que se estima de un 40% interanual«, ha indicado, tras reconocer que tampoco aquí hay datos oficiales. «La escasez de estadísticas sobre vivienda es, precisamente, uno de los problemas con los que nos encontramos a la hora de proponer políticas de vivienda o de evaluar lo que se está haciendo: no hay información sobre algunas de las cuestiones a analizar», ha lamentado el compareciente.
Esta circunstancia, sumada al hecho de que «hay una falta de suelo para edificar y una escasez creciente de mano de obra en el sector de la construcción», ha observado el director general de Economía del Banco de España, hace que el mercado inmobiliario se halle en estos momentos en una situación crítica y de precios disparados. «No es, hoy por hoy, un riesgo para la economía española, pero sí limita el crecimiento de las empresas que se encuentran en las zonas más afectadas, ya que, entre otras cosas, no son capaces de atraer talento fuera porque el acceso a la vivienda es difícil», ha agregado Gavilán.
La rehabilitación va lenta
A esto se suma, ha subrayado, la rigidez de la oferta, que crece a un ritmo de unas 90.000 nuevas viviendas al año, «y el lento ritmo de la rehabilitación de las casas ya existentes». Así, el año pasado se emitieron en toda España 30.000 visados para la reparación y mejora de viviendas, «lo que representa en torno al 0,1% del estoc inmobiliario residencial«. La cifra es a todas luces insuficiente, ha incidido Gavilán, «sobre todo si se compara con países de nuestro entorno, como Francia donde cada año se rehabilita el 2% del parque de viviendas; Alemania, con un 1,5%, e Italia, con el 0,8%».
Gavilán ha recordado, sin embargo, que existe un plan financiado con fondos Next Generation dirigido a la rehabilitación de vivienda, que prevé que en 2030 la cifra de visados se multiplique por 10 y alcance los 300.000 anuales.
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