¿Qué sensaciones están viviendo en el arranque de esta nueva gira?
Llevamos cinco shows, cuatro de ellos en España y uno por en medio en Bogotá, en el Festival Rock al Parque. Estamos muy emocionados con la respuesta que estamos teniendo por parte del público. Están siendo conciertos increíbles, más enérgicos que nunca. Amigos que nos siguen desde siempre nos dicen que son los mejores shows que estamos haciendo. Desde el escenario nosotros también lo percibimos así.
¿Son frecuentes los conciertos en Latinoamérica?
Sí. Ya empezamos a hacer pequeñas expediciones a Latinoamérica cuando éramos parte de la banda de Nacho Vegas [la banda liderada por Abraham Boba fueron los músicos del gijonés durante doce años]. Solemos ir casi todos los años. En marzo volveremos con motivo del Vive Latino (México).
Advirtamos a quienes vengan a escucharles a Es Gremi que los conciertos de León Benavente no son solo para bailar, también para reflexionar.
Sí, desde el principio hemos sido un grupo que se cuestiona lo que nos rodea. El entorno es muy importante, queremos que lo que cuentan nuestras canciones hagan pensar al espectador, pero también nos gusta que los conciertos sean una experiencia donde se puede celebrar y bailar.
Trump, la inflación, el cambio climático, guerras y más guerras… Nueva sinfonía sobre el caos podría ser la banda sonora para nuestro viaje hacia la extinción. ¿El mejor estímulo a la hora de crear es la crisis?
Yo creo que los músicos, el sector de la música, siempre está en crisis, pero sí, ante la crisis, y el aburrimiento, el cerebro intenta buscar salidas y encontrar estímulos, como el de la creación.
¿Han visto cambios a mejor en el sector en estos últimos diez años?
Los músicos intentamos hacer las cosas mejor, profesionalizarnos, pero desde fuera no creo que se nos trate demasiado bien, falta un marco legal. En la pandemia fuimos los primeros en ser paralizados y los últimos en ser puestos en marcha. Los músicos en España siempre tenemos una sensación de abandono y de tener que hacerlo todo nosotros mismos.
¿Qué nuevos derroteros han descubierto con este nuevo trabajo?
Somos un grupo al que nos interesa mucho el investigar, avanzar y sobre todo no aburrirnos. Con esta nueva andadura hemos hecho algo que no habíamos hecho antes: contar con un productor externo. Hasta ahora siempre nos habíamos autoproducido y en esta ocasión contamos con una figura como Martí Perarnau IV. Él es un amigo, un hermano de la banda, y también un artista al que respetamos mucho y al que escogimos por la visión que tiene de algo que íbamos buscando, que era mezclar lo que somos, una banda de rock, pero con tintes electrónicos. Y ahí la visión de Martí fue clave, fue muy satisfactorio ver cómo fue capaz de llevarnos a un sitio donde nosotros cuatro no hubiéramos podido llegar.
El resultado es un disco corto y directo, valiente y arriesgado. ¿Era lo buscado desde un principio?
El resultado final se aproxima bastante a lo que queríamos. También es bonito dejarte moldear, vas con una idea al estudio y de repente, por lo que sea, por una conversación entre los cuatro, o con el productor, eso se mueve hacia otro punto. En cualquier caso no nos gusta llevar las cosas tan cerradas.
¿Les resulta sencillo acertar y encontrar siempre la emoción?
Ese punto de diversión y de ilusión es fundamental para seguir haciendo música que nos resulte interesante. Nos horrorizaría y posiblemente no seguiríamos como grupo si nos convirtiésemos en una máquina de replicar discos, de hacer discos como churros. Eso conlleva riesgos, ciertas decisiones pueden ser no entendidas, pero nosotros tenemos muy claro que lo que más nos importa es disfrutar tratando de encontrar nuevos sitios, nuevas formas de trabajar las canciones, eso es lo que principalmente nos motiva.
Úsame/tírame, la canción que abre el disco, también podría ser un dardo contra la forma de consumir música en los últimos tiempos.
Sí, vivimos unos tiempos muy acelerados, marcados por una sobreestimulación. El número de discos que sale cada viernes en España es una locura. Todo se consume muy rápido, de una forma poco reflexiva, y a nosotros eso no nos gusta, somos de una generación que escuchaba los discos de principio a fin, con calma, intentando reposarlos, que es la forma en que se puede sacar el verdadero jugo.
«Cada vez tengo más claro que un teléfono apagado es lo mejor para ser feliz», cantan en A la moda.
Realmente tener el teléfono encendido hace que te aísles, verás 25 ideas, 15 recetas, 40 noticias de discos y no sé qué más, algo que al final se quedará en nada, como entra, sale. Estarás más conectado si apagas el móvil y te vas a cenar con tus colegas.
Iván Ferreiro y Cristina Martínez de El Columpio Asesino son las colaboraciones estelares de Nueva sinfonía sobre el caos. ¿Qué buscan en los cameos?
En las colaboraciones la motivación es artística más que efectista. Cuando buscamos un colaborador es porque queremos que lleve la canción a sitios donde nosotros no podríamos llegar.
¿Qué admiran de Mallorca?
Vuestra isla es la Mallorca de Toni Toledo y Jaime García, de Sexy Sadie, y también la de Bubbles, una canción que cantaba una chica… ¿cómo se llamaba? Adela, de Sunflowers. Mallorca siempre nos motiva, estamos como en casa, y Es Gremi nos encanta.