Marcel Wust fue uno de los mejores velocistas a finales del siglo XX. En el año 2000 tuvo que dejar el ciclismo después de perder el ojo derecho en una caída durante un critérium de exhibición en Francia. Siempre explicaba que los esprinters, si quisieran, podrían subir las montañas mucho más rápido a como lo hacen en carreras como el Tour. Decía Wust que cualquiera de ellos, a máximo esfuerzo, llegaría a 10 minutos de los escaladores, pero que convenía ahorrar energías y resultaba más práctico cruzar los montes a un tiempo escandaloso de los líderes.

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