1. Actuaciones de restauración fluvial
  2. Aumenta el peligro de inundaciones
  3. Eliminación de presas y diques en desuso
  4. Falta de planificación hidrológica adecuada
  5. Proyectos que hubieran evitado el desastre
  6. Priorizar la seguridad de las personas
Dos personas pasean a un perro en una zona afectada por la DANA, a 16 de noviembre de 2024, en Paiporta, Valencia. (Foto: Carlos Luján / Europa Press)

El debate sobre cómo gestionar los riesgos de inundaciones en España ha vuelto a encenderse tras los devastadores efectos de la última DANA. Mientras un informe del Gobierno aboga por la restauración de ecosistemas fluviales como medida preventiva, ingenieros de caminos señalan la falta de infraestructuras hidráulicas adecuadas como un factor determinante en la magnitud del desastre.

Actuaciones de restauración fluvial

En marzo de este año, se publicó el documento La resiliencia en el marco de la Seguridad Nacional, elaborado por el Ministerio de la Presidencia, que recoge que, en el ámbito de la gestión del riesgo de desastres, se impulsará una estrategia de restauración de ecosistemas. 

El informe menciona medidas para prevenir y mitigar desastres producidos por eventos naturales extremos que puedan afectar a las personas, el patrimonio natural y la biodiversidad. En este sentido, «se valorará la prioridad de las actuaciones de restauración fluvial». 

Las actuaciones de restauración fluvial, según consta en el escrito, «son capaces de dar  respuesta a varias cuestiones relevantes en la gestión del riesgo asociado a desastres naturales», ya que, en general, «aumentan  la resiliencia de los territorios ante inundaciones y sequías«. 

Aumenta el peligro de inundaciones

El informe de Presidencia se alinea con el Plan estratégico estatal del patrimonio natural y de la biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, publicado en 2023, que prevé un aumento del peligro de incendios, inundaciones, expansión de vectores transmisores de enfermedades, etc. Cambios que el ministerio asocia directamente al cambio climático

Este segundo documento vaticina oleajes de tormenta, episodios de lluvias intensas y eventos desencadenantes de avenidas relámpago (inundación repentina que ocurre en un período muy corto de tiempo). Los pronósticos se están cumpliendo. El pasado 29 de octubre se desató en España la peor gota fría del siglo, que se llevó por delante la vida de 226 personas y que ha causado graves estragos en las provincias de Valencia y Albacete. 

Eliminación de presas y diques en desuso

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica se están llevando a cabo las mencionadas medidas de restauración fluvial. Según explican en su página web, son un conjunto de acciones destinadas a restablecer y a recuperar la integridad ecológica de los ríos. Este proceso requiere la eliminación, reducción o mitigación de las presiones que los alteran y desvían de su estado natural.

Las actuaciones se traducen en eliminar obstáculos, como presas o diques en desuso, que bloquean el flujo del agua y afectan a los ecosistemas, recuperar espacio para el río ampliando su cauce o devolviéndole zonas ocupadas para prevenir desbordamientos, y revegetar las orillas plantando especies autóctonas que reducen la erosión, regulan la temperatura del agua y crean hábitats para la fauna.

También incluye mejorar la calidad del agua retirando residuos, reduciendo contaminantes y evitando vertidos, además de renaturalizar cauces que han sido canalizados, devolviéndoles sus curvas y formas originales para favorecer el flujo natural del río.

Falta de planificación hidrológica adecuada

El presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Ingeniería Civil, José Trigueros, ha instado a «todos los políticos» a «dejar de maldecir al hablar de embalses, presas o encauzamientos».  Además, ha señalado, en declaraciones a EFE, la “ausencia de una planificación hidrológica adecuada” en España.

Trigueros ha hecho un llamado a aprender de las recientes tragedias, especialmente en la Comunidad Valenciana, y ha destacado la falta de alertas a la población y los errores en los planes hidrológicos como factores que han intensificado los efectos de una DANA que, en términos de precipitaciones, “no ha sido mayor que en otras ocasiones”.

Proyectos que hubieran evitado el desastre

El presidente ha subrayado que “se tenía el conocimiento de que esto se podía producir e incluso había proyectos que hubieran evitado un desastre de este tamaño que hemos visto». En este contexto, se elaboró el Plan Hidrológico Nacional, aprobado en 2001 bajo el gobierno de José María Aznar, el cual fue anulado por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2005.

Este plan contemplaba la construcción de diversas infraestructuras, entre ellas una presa en la Rambla del Poyo, a su paso por Cheste. Según Trigueros, esta infraestructura “hubiera mitigado la crecida, evitando así el número de muertes que hemos lamentado”, aunque no habría podido detener completamente la inundación.

La presa tenía como objetivo proteger a 16 localidades de la región, incluyendo Paiporta, Aldaia, Catarroja, Picanya y Massanassa, que fueron algunas de las más afectadas por la reciente DANA.

El especialista destaca ejemplos de la efectividad de estas infraestructuras hídricas, como el desvío del cauce del Turia, que se construyó tras las inundaciones de octubre de 1957 en Valencia, y el embalse de Forata, situado en Yátova. Este último jugó un papel crucial al reducir los efectos de las inundaciones, que podrían haber sido mucho más devastadoras sin su intervención.

Priorizar la seguridad de las personas

Trigueros ha señalado que “este temporal ha evidenciado cómo la acumulación de residuos sólidos, vegetación y sedimentos ha reducido drásticamente la capacidad de desagüe, agravando los efectos de las lluvias fuertes”. Sin embargo, también ha enfatizado la importancia de manejar estos cauces con precaución, priorizando siempre la seguridad, ya sea por motivos urbanísticos o ecológicos.

Finalmente, ha afirmado que «la protección de la Naturaleza y la recuperación de los cauces, nuestros bosques de ribera, por supuesto que es una gran inversión, pero hay que dar prioridad a la seguridad y la vida de las personas”.

Efectos de la riada, a 30 de octubre de 2024, en Mira, Cuenca, Castilla-La Mancha. (Foto: Europa Press)
Efectos de la riada, a 30 de octubre de 2024, en Mira, Cuenca, Castilla-La Mancha. (Foto: Europa Press)

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