Rusia ha reaccionado con críticas a la decisión del presidente estadounidense Joe Biden de dar permiso a Ucrania para que use misiles de largo alcance contra objetivos en territorio ruso. «Es evidente que la Administración saliente de Washington pretende tomar medidas para seguir echando leña al fuego y provocar una mayor escalada de tensión en torno a este conflicto«, ha lamentado Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en declaraciones a periodistas de la agencia de noticias rusa TASS.
Los primeros en reaccionar a la controvertida autorización de la Casa Blanca fueron dos miembros del Consejo de la Federación, la Cámara alta del Parlamento ruso. El senador Andréi Klishas escribió en su cuenta de Telegram que la «escalada» decidida por Occidente «podría dejar en ruinas al Estado ucraniano por la mañana (lunes)». Mientras tanto, Vladímir Dzhabarov, vicepresidente de la Cámara, tildó la decisión como «un gran paso hacia el inicio de la Tercera Guerra Mundial«.
En septiembre, el presidente ruso Vladímir Putin ya advirtió que el uso de este tipo de armamento de largo alcance contra Rusia «podría cambiar significativamente la misma naturaleza del conflicto». «Significaría que los países de la OTAN, EEUU y los europeos estarían en guerra con Rusia«, remarcó entonces el mandatario, asegurando que Moscú «tomaría las decisiones apropiadas basadas en las amenazas» a la que se enfrente.
Permiso de la UE
Desde Bruselas, el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell ha confirmado que los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la UE debatirán este lunes y mañana martes si siguen el ejemplo de Washington y permiten el uso de sus armas para lanzar ataques contra Rusia. «Habrá un debate sobre esto y espero que todos los ministros lleguen a un acuerdo al respecto, pero si no es así, cada país hará lo que considere correcto», ha explicado Borrell tras conocer la decisión estadounidense.
Diferentes países de la Unión Europea han proporcionado equipo y armamento a Ucrania, desde munición, financiación económica y misiles hasta tanques, vehículos blindados y aviones militares que han servido para que Kiev pudiera plantar cara a una potencia militar como es Rusia, que sobre el papel contaba con toda la ventaja para imponerse rápidamente por la fuerza.