María Francisca es de Córdoba y ha recorrido más de trescientos kilómetros para ver a su cantante favorito, El Arrebato. Sus hijos planearon el fin de semana perfecto como regalo para su madre, un viaje a una ciudad histórica y como colofón, el concierto. Todo parecía ir de lujo hasta que el sábado, el que iba a ser momento culmen se torció. Cuál fue su sorpresa y la de otros tantos admiradores cuando al llegar al palacio de congresos un escueto comunicado en papel en la puerta anunciaba el peor de los presagios: cancelado.

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