En su intervención en el pleno de la Knéset, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, cuestionó de manera directa las políticas y decisiones de la administración Biden, especialmente durante los momentos clave de la guerra actual contra Irán y sus aliados.
Según Netanyahu, Estados Unidos expresó reservas sobre la entrada de Israel en Gaza, señalando que había preocupación por las ciudades de Gaza, Jan Yunis y, sobre todo, Rafah, donde se dio una fuerte oposición por parte de la Casa Blanca.
El primer ministro recordó que los funcionarios estadounidenses instaron a Israel a moderar su ofensiva en Rafah para evitar daños a los civiles.
“El presidente Biden me dijo que si entrábamos, estaríamos solos”, comentó Netanyahu, quien añadió que, en respuesta, Biden también amenazó con detener el envío de armas importantes. “Y así lo hizo”, recordó, destacando la suspensión de un envío de bombas de 2.000 libras, aunque las demás transferencias de armas continuaron sin alteraciones.
En relación con los ataques de Irán contra Israel, Netanyahu no dudó en reprochar la postura estadounidense, mencionando que Washington sugirió que no era necesario responder. El primer ministro subrayó que para Israel “no era aceptable quedarse sentado” sin reaccionar, y señaló que la respuesta israelí fue contundente, eliminando baterías de defensa aérea de Irán y dañando gravemente la capacidad de producción de misiles balísticos de ese país.
Sobre los intentos de alcanzar un alto el fuego en el Líbano, Netanyahu resaltó que la clave no radicaba en el papel que desempeñaban las partes involucradas, sino en las acciones necesarias para garantizar la seguridad en el norte de Israel. Aseguró que el objetivo de Israel es evitar que Hezbolá gane poder, tomando medidas preventivas sistemáticas ante los posibles ataques de este grupo.
El discurso de Netanyahu fue interrumpido en varias ocasiones por legisladores de la oposición y manifestantes que mostraban carteles con las imágenes de los rehenes secuestrados en Gaza. En algunos casos, los manifestantes fueron expulsados por la seguridad del parlamento.
El primer ministro reveló que había mantenido reuniones hasta altas horas de la madrugada con asesores y servicios de seguridad para discutir nuevas estrategias de liberación de los rehenes.
Netanyahu reiteró que la prioridad en estos momentos es debilitar la capacidad de Hamás para gobernar Gaza. Según explicó, ha solicitado a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) un plan detallado para erradicar las capacidades gubernamentales de Hamás, en particular aquellas que impiden la distribución de ayuda humanitaria. “Queremos asegurarnos de que la ayuda no sea saqueada por Hamás y otros”, agregó.
En relación con las filtraciones de información, Netanyahu volvió a criticar duramente las constantes filtraciones del gabinete y del equipo negociador, las cuales, según afirmó, están perjudicando gravemente los esfuerzos por liberar a los rehenes y retrasando la consecución de este objetivo crucial.