Cuando en estos meses de otoño e invierno el turismo de sol y playa valenciano vive su momento de mayor descanso en el año, otra actividad como los viajes hacia el interior cogen fuerza. Normalmente es el periodo álgido para sus negocios, su temporada alta. Sin embargo, en esta ocasión, el horizonte pinta más incierto y oscuro. No en vano, la devastación que hace casi tres semanas generó la dana se está traduciendo en una afección considerable -como se ha detectado en otros entornos como el comercio o la hostelería- para este sector, no solo por las consecuencias que las inundaciones tuvieron en algunos establecimientos, sino también por los efectos -entre ellos, las cancelaciones- que la devastación ha estado dejando ya en esta actividad.

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