El informe del Ministerio de Sanidad sobre MUFACE ha provocado una cascada de reacciones. Entre las últimas, la del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS) que ha manifestado «su preocupación por la ideologización de dicho informe y por la grave situación que atraviesa el Sistema Nacional de Salud (SNS), con los riesgos que conlleva para los pacientes en el caso de producirse una «transición masiva» de mutualistas desde el sistema privado al público». Tampoco contempla, señala IDIS, «el esfuerzo que supondría en profesionales, consultas y quirófanos asumir a estos nuevos pacientes en un sistema que ya está muy tensionado».
El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha asegurado que el SNS tiene la capacidad para asumir a los empleados públicos procedentes del modelo que en la actualidad reciben asistencia en la privada. «Hay que hacer una incorporación planificada y calendarizada por meses, de forma ordenada. Hay que identificar cuáles son los pacientes más vulnerables, ha dicho Padilla.
Este lunes, el Ministerio ha publicado un informe en el que considera que «el contexto actual hace que, por primera vez en muchos años, la posibilidad de incorporar a la población mutualista a la asistencia sanitaria pública sea una opción tanto viable como razonable»; y propone la incorporación gradual y estratificada de las personas mutualistas de MUFACE con la excepcionalidad de aquellos pacientes en situaciones críticas para lo que plantea una renegociación temporal tras la prórroga.
Las listas de espera
Como ya ha dicho en otras ocasiones, la Fundación IDIS advierte que no será viable. Y señala que «las listas de espera han alcanzado cifras sin precedentes en los últimos años, con el doble de pacientes en espera quirúrgica y el triple de pacientes en las esperas en consultas respecto a hace ocho años».
De hecho, se remite a los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad a junio 2024. La lista de espera quirúrgica se situaban en 121 días y las de primera consulta con especialista en 94 días; «un escenario que refleja claramente que el sistema se encuentra al borde del colapso y es incapaz de asumir la carga asistencial actual, y mucho menos una afluencia adicional de pacientes«.
Medidas estructurales
Es ahí donde IDIS considera que «por mucho que se incrementen los recursos económicos, los indicadores asistenciales siguen empeorando, lo que evidencia que la solución no pasa únicamente por más financiación, sino por medidas estructurales que /esrefuercen la capacidad del SNS».
La sanidad pública, en su estado actual, añade esta Fundación, «no puede aceptar más pacientes sin comprometer su sostenibilidad y la calidad de la atención». Esta situación «requiere de una reflexión urgente y de medidas estructurales que refuercen los recursos humanos y materiales de la sanidad pública, en lugar de sobrecargar un sistema ya frágil». La incorporación de más de 1,5 funcionarios y beneficiarios al SNS «supondría un crecimiento exponencial» de las listas de espera quirúrgicas y de consulta.
«Ofensa» a las aseguradoras
Pero, además, IDIS apunta a otro aspecto. El informe señala que las aseguradoras están incurriendo en «un fenómeno de selección de riesgos», dejando de lado a los pacientes con enfermedades graves. «Este punto es falso y constituye una ofensa a la actuación de dichas entidades, ya que el único que elige dónde ser atendido es el propio usuario mutualista«.
Otra cosa indica esta entidad, es que puede haber mutualistas con enfermedades complejas en ciertas comunidades autónomas que opten por el paso al sector público para el seguimiento de sus patologías, al no tener posibilidad de hacerlo en la sanidad privada. El informe señala que, de los funcionarios que eligen la sanidad privada, el 31% son mayores de 65 años, mientras que el tanto por ciento de mayores de 65 años en el SNS es del 20%, un dato que refleja la libre elección de los ciudadanos incluso en franjas de edad avanzada.
El documento de Sanidad expresa con datos «en términos relativos» y desde el punto de vista de la prestación, la viabilidad de absorber en el SNS a los mutualistas que actualmente eligen su asistencia en la sanidad privada, pero «no expone la dificultad en términos absolutos por comunidad autónoma ni lo compara con el número de camas disponibles, para ver si sería realmente viable», finaliza IDIS.