Si un trabajador quiere solicitar una baja laboral en España, debe acudir inevitablemente a su médico de cabecera. Este es el encargado de elaborar un diagnóstico e indicar si la afección reúne las condiciones necesarias para dar al empleado la incapacidad temporal. Una vez concedida la baja, los trámites correspondientes se realizan entre la empresa empleadora y el servicio de salud. Si la dolencia es leve, el facultativo de familia también puede emitir un justificante médico, que exime al empleado de acudir al trabajo en un periodo máximo de 72 horas sin derecho a cobrar la ausencia.
Ya sea baja laboral o justificante, el médico de familia es el que tiene la última palabra para conceder cualquiera de las dos prescripciones a los diagnósticos que se le presenten en consulta: desde una leve jaqueca hasta la más brutal de las infecciones bacterianas. Como consecuencia, la mayor parte del peso burocrático también recae sobre los hombros de los facultativos de familia, ya que son los que tienen que recibir a todos aquellos trabajadores que quieren obtener la incapacidad laboral, independientemente de la gravedad de su dolencia, lo que supone una losa añadida a la habitual congestión de la atención primaria.
Una de las soluciones estudiadas para tratar de descargar esta saturación burocrática de los médicos de la primaria fue planteada en enero de este año, en pleno auge de virus respiratorios, por el Ministerio de Sanidad: la llamada autobaja. Según informó en su momento el gabinete que dirige Mónica García, el trabajador tendría que entregar una declaración responsable sin necesidad de personarse en su centro de salud, lo que le permitiría quedarse en casa durante tres días y solo sería necesario que se lo comunicase a la empresa. Esta duración no es arbitraria, ya que la normativa estatal vigente —al margen de convenios concretos— establece que durante las primeras 72 horas de incapacitación por enfermedad común no tienen que ser remuneradas económicamente, como ocurre con los justificantes médicos.
Lo cierto es que esta medida, aplicada con matices durante la pandemia del covid, supone una demanda histórica de gran parte del sector médico. Tras once meses de silencio administrativo de Sanidad, que no ha hecho público ningún avance al respecto, el Foro español de Médicos de Atención Primaria ha solicitado la pasada semana una reunión con Sanidad para debatir con sindicatos, patronal, sociedades científicas, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Seguridad Social y Ministerio de Sanidad la puesta en marcha esta autojustificación de la incapacidad temporal.
Portugal ya tiene autobaja
A pesar de que la propuesta de García se tildase de «ocurrencia» por parte de los gobiernos de algunas comunidades autónomas, como Madrid, modelos como el de la autobaja llevan años implementándose en otros países europeos. En Suecia, los trabajadores pueden faltar a su puesto hasta cinco días sin presentar un certificado médico, y a partir del octavo, será necesaria la baja laboral. El empleado deberá informar a la empresa antes de faltar a su puesto y esta podrá aplicarle una deducción del 20% del salario durante los 14 primeros días de enfermedad. Otros países como Alemania y Reino Unido tienen sistemas similares.
Sin irse tan lejos, Portugal también es otro de los países que ha incorporado el sistema de las autobajas; concretamente, desde mayo del 2023. Así, cualquier empleado puede emitir una declaración jurada de enfermedad, que permite su ausencia del trabajo durante un máximo de tres días consecutivos y solo dos veces al año.
«La atención primaria se aliviaría un 20%»
Desde el ámbito médico ven la autobaja como algo «necesario» para contribuir a la descongestión del sistema sanitario. «Es una demanda histórica que lleva pidiendo el sector desde hace casi diez años», explica el delegado de atención primaria del sindicato médico O’Mega, Alberto Freire, que indica que la tramitación de bajas copa gran parte de los recursos del servicio médico básico. «Tenemos una demanda brutal, sobre todo en épocas de virus y patologías menores, como el invierno. Según nuestras estimaciones, con las autobajas el sistema se aliviaría un 20%», señala.
Freire apunta que, tal y como está planteado el sistema, los facultativos se convierten en «tramitadores de papeleo». «Muchas de estas consultas son forzadas cuando se trata de dolencias leves. Entre lo que tardan en conseguir una cita médica, los trabajadores vienen una vez curados para que demos fe de que estuvieron enfermos. No tiene ningún sentido», apunta el delegado de O’Mega, que advierte que esto también repercute en el colapso de otros servicios, como el de Urgencias.
«Es un tema muy delicado»
Por su parte, la Xunta todavía se muestra prudente ante las posibles ventajas e inconvenientes de implementar las autobajas. «Es un tema muy delicado que requiere del concurso de otros agentes, como de la Seguridad Social», afirma Sanidade a este diario. «Galicia está a favor de desburocratizar el trabajo en atención primaria, pero siempre escuchando primero a los técnicos», indican.
En este sentido, desde el Ejecutivo autonómico aseguran que se encuentran trabajando en medidas para optimizar el sistema de bajas en Galicia. «La Xunta anunció el pasado mes de agosto un programa de medidas para mejorar la gestión y el control de los procesos de incapacidad temporal», explica Sanidade. «Entre ellas figura que en los partes médicos de baja laboral se fije la fecha para la próxima consulta para evitar que el paciente la tenga que solicitar cuando se acerque la fecha y corra el riesgo de no encontrar huecos disponibles», apuntalan.