A lo largo de los últimos años, el diésel ha sido uno de los carburantes más predominantes en las carreteras de España, aclamado por su eficiencia y bajos costos. Históricamente, este combustible se benefició de incentivos fiscales que lo hicieron más asequible en comparación con la gasolina. Sin embargo, la percepción sobre el diésel ha cambiado drásticamente debido a las crecientes normativas medioambientales que limitan su uso.
Actualmente, se ha observado un notable descenso en el mercado de los coches diésel, con un aumento significativo en la venta de vehículos eléctricos e híbridos. Mientras que en 2016, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 60% de los coches vendidos en España eran diésel, este porcentaje ha disminuido drásticamente al 13%, lo que refleja una clara tendencia hacia la preferencia por vehículos más sostenibles. A medida que los precios de los coches eléctricos se reducen, este punto se vuelve aún más relevante para el futuro del mercado automovilístico.
Equiparación a la gasolina
El Congreso de los Diputados reactivará este lunes la Comisión de Hacienda para abordar la reforma fiscal, entre ellas las del impuesto al diésel. La posibilidad de un nuevo impuesto que encarezca el diésel ha alimentado la incertidumbre sobre su futuro. En abril de 2025 se equipararía el coste del diésel con el de la gasolina, lo que afectaría directamente a todos los conductores de vehículos diésel en el país. Aunque el acuerdo político está sobre la mesa, su aprobación final dependerá de las discusiones en el Congreso, lo que deja un camino incierto ante posibles modificaciones o incluso un rechazo de la medida.
¿Qué pretende el nuevo impuesto al diésel?
El establecimiento de este nuevo impuesto responde a objetivos claros. Por un lado, responde a la exigencia de la Unión Europea para reformar la fiscalidad en España y acceder a los fondos del programa Next Generation destinados a la transición ecológica y la recuperación económica.
Por otra parte, busca desincentivar el uso de vehículos diésel, que generan más emisiones contaminantes en comparación con otros tipos de motorizaciones.
¿Quiénes se verán más afectados?
El incremento del impuesto afectará principalmente a los conductores de vehículos diésel de uso habitual que repostan diésel A. A pesar de que están excluidos los gasóleos industriales o de calefacción, la carga fiscal será de manera más pronunciada sobre los hogares con menores recursos económicos, quienes suelen conducir vehículos más antiguos y menos eficientes.
Esta situación genera preocupaciones sobre la equidad de la medida, ya que podría considerarse regresiva, afectando principalmente a los sectores de la población con menos capacidad económica.
¿Cuánto subirá el litro de diésel con el nuevo impuesto?
Si se implementa el nuevo impuesto, el coste del gasóleo se incrementará en 11 céntimos por litro, calcula la OCU. Este cambio se traduciría en un aumento considerable en el gasto anual de quienes emplean este combustible para sus trayectos diarios. Se estima que, para llenar un depósito de 50 litros, un conductor afrontaría un incremento de 5,67 euros en comparación con el precio anterior. Para un usuario promedio que recorre alrededor de 15,000 kilómetros al año, este nuevo impuesto podría significar un gasto adicional de 102,03 euros anuales.
Reacciones
Organizaciones como la OCU han expresado su preocupación por el impacto que este nuevo impuesto tendrá en las familias de ingresos medios y bajos. Argumentan que no solo desincentivará el uso del diésel, sino que también limitará las opciones de movilidad económica, haciendo que los vehículos eléctricos, aún considerados como opciones premium, sean inaccesibles para muchas familias.
Los coches eléctricos son inaccesibles todavía para muchas familias por su alto precio
La OCU ha apelado al Gobierno para que considere suspender la implementación del nuevo impuesto, al menos en una fase inicial, para mitigar el impacto en el coste de vida de los ciudadanos, especialmente en un contexto socioeconómico ya complicado.
¿Cómo afectará el nuevo impuesto al diésel en Canarias?
La discusión sobre el diésel y las medidas fiscales en torno a este combustible plantea una serie de interrogantes sobre la dirección que tomará España en la transición hacia un modelo de movilidad más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Si bien el incremento del impuesto puede ser un paso hacia la reducción de emisiones, es esencial que se evalúen sus repercusiones sobre la población, especialmente la más vulnerable. En este sentido, es crucial que las decisiones políticas contemplen soluciones integrales que faciliten la transición hacia nuevos modelos de transporte que no perjudiquen a las familias con menos recursos.
Según la OCU, este impuesto solo opera en la Península y Baleares, por lo que no afecta a los conductores que están en Canarias, en Ceuta ni en Melilla.