Hoy lunes, el Valencia CF de Rubén Baraja comienza una semana de trabajo clave afinando la máquina que se jugará parte importante de su devenir en Primera División. Días en los que el propósito del cuerpo técnico ha sido y es que las piernas del equipo acaben de ponerse totalmente a punto para la serie de partidos antes de la Navidad, en la que el equipo se jugará posicionarse antes de 2025 con opciones de salir del hoyo y mantenerse en la élite del fútbol español, a la que se ha aferrado como un grande de la Liga desde el ascenso de 1987.
En lo mental, Rubén Baraja y Chema Sanz, segundo entrenador de los blanquinegros, llevan desde hace un tiempo en Paterna tratando de que el grupo se limpie de las malas sensaciones experimentadas en primer cuarto de la competición en el que se ha visto condenado a convivir demasiado tiempo en zona de descenso: nueve jornadas ya como colista y las dos últimas sin poder reaccionar como consecuencia de los partidos aplazados frente al Real Madrid y el Espanyol. El propósito es hacer ‘reset’ y tomarse la cita del sábado ante el Betis como un nuevo comienzo, la hora de mostrar otra cara, de ser un Valencia radicalmente distinto al que ha aparecido hasta el empate a un gol del Coliseum el 27 de octubre, dos días antes de la fatídica riada.
Dicho de otro modo, en lo psicológico, hay muy poco que rescatar de lo jugado hasta ahora en la Liga. Tan solo tramos de los partidos en Mestalla contra Barcelona, Villarreal y Girona. En este periodo forzado sin fútbol, tanto los técnicos como los jugadores han querido abrir un paréntesis de trabajo de calidad en la Ciutat Esportiva para ajustar tácticamente el equipo, corregir errores en defensa que acerquen la versión mostrada la pasada campaña, y también en lo físico. Las lesiones han hecho daño. La plantilla está cogida con alfileres y el fin es evitar nuevos percances en un tramo en el que la abundancia de partidos pondrá en riesgo el estado de los futbolistas, más aún, después de 27 días sin competir. Una meta en la que los técnicos han recordado a los protagonistas la importancia para ello de cuidar el descanso y la alimentación.
La suspensión de los choques ante Madrid y Espanyol ha sacado al grupo del estrés de la competición y los resultados. Los días de descanso han sido más y mejores ampliando las jornadas en Paterna para pulir conceptos físicos y recargando el depósito con vistas a una serie de siete u ocho partidos desde el próximo sábado al Valencia-Alavés del 22 de diciembre. Entre medias, Parla Escuela en Copa, Mallorca, Rayo Valladolid y Espanyol, en la Liga, y quizá, un nuevo rival copero el 3, 4 o 5 de diciembre, si se avanza de ronda.
‘Minipretemporada’
La preparación física se ha planificado también a lo largo de estas dos semanas y para esta semana bajo la idea de que el futbolista del Valencia compita reduciendo todo lo posible el peligro de lesiones musculares. Antes de tener que parar, hombres clave como Gayà, Hugo Duro y Thierry no pudieron ayudar en plenitud al equipo. Ahora, los dos primeros han aprovechado los días de entrenamientos sin partidos para poder recibir al Betis al 100 %. El hándicap estos próximos días será la ausencia de los seis internacionales.
La ansiedad por la obligación de ganar se ha reducido al salirse el fútbol del primer foco de actualidad en València. Sin embargo, la necesidad sigue estando presente tras comprobar que rivales directos como Las Palmas o Alavés han sumado y recobrado vida. Eso sí, el equipo desea que la unión que el sábado se vivirá en Mestalla ponga su granito de arena para volver a hacerse fuerte en casa en la nueva cara que quieren ofrecerle al valencianismo en busca de poder abandonar la zona de descenso antes de que concluya la primera vuelta de la Liga. Antes, habrá varios cara a cara fundamentales con Rayo, Valladolid, Espanyol y el mismo Alavés.