La instalación en la Glorieta del Belén Municipal anuncia la llegada de la Navidad en Elche. Y es que a pesar del paso del tiempo, de la aparición de Papá Noel, de las cada vez más espectaculares luces y adornos navideños, del consumismo desmedido, el Belén, resiste como principal seña de identidad de la Navidad ilicitana.
Y ello no es fruto de la casualidad, sino del empeño de la Asociación de Belenistas de Elche que durante un año dedican sus esfuerzos y su ilusión a la creación de esta verdadera obra de arte, que más allá de la fe religiosa, traslada a quienes lo visitan las escenas del nacimiento de Jesús tal y como está recogido en los evangelios de San Mateo y San Lucas.
Este año, el Belén promete impresionar a todos con unas dimensiones de 15 metros de largo y 4,50 de fondo, ofreciendo un recorrido visual por escenas clásicas de la Natividad que evocan la profunda historia cristiana.
Paco Guilabert, presidente de la Asociación de Belenistas de Elche, narra con entusiasmo las escenas que adornan este espléndido Belén. «Tenemos escenas emblemáticas como la Anunciación a María, el empadronamiento, la visitación, la búsqueda de posada, la Anunciación a los pastores, y la huida a Egipto. Cada una de estas representaciones capturan momentos clave de la historia bíblica, invitando a los visitantes a sumergirse en el contexto», señala.
El Belén no es solo una colección de figuras; es una narrativa rica en significado. Guilabert destaca que, aunque algunas escenas pueden parecer familiares, cada año se introducen elementos nuevos que asombran a los asistentes. «Cada figura y cada escena cuentan una historia. Trabajamos constantemente para mantener el interés del público».
700 figuras
La elaboración de las figuras es un proceso artístico que combina tradición y habilidad. Este año, el belén albergará alrededor de 700 figuras, la mayoría de las cuales han sido creadas por reconocidos artesanos como Ángeles Cámara y José Luis Mayo. Según Guilabert, «Las figuras están hechas de barro y pintadas a mano, lo que garantiza que cada pieza sea única».Los belenistas también han comenzado a utilizar técnicas modernas como la impresión 3D para añadir realismo a las escenas. «El uso de tecnología nos permite crear elementos que antes eran difíciles de realizar manualmente», explica Paco.
La inauguración del belén está programada para el 7 de diciembre, un evento que no solo celebra la inauguración de la instalación sino que marca oficialmente el inicio de las festividades navideñas en la ciudad. «Es un momento especial”, afirma Guilabert. “Para nosotros, el pregón y la apertura del belén son sinónimos de la llegada de la Navidad. La gente espera este momento con ansias, y es maravillosa ver la Plaza de la Glorieta llena de familias y ansiosos por experimentar la magia del belén”.
Un espacio de encuentro y tradición
La creación y montaje del belén es el resultado del esfuerzo colectivo de la Asociación de Belenistas de Elche, que cuenta con alrededor de 25 a 30 miembros, muchos de los cuales son jubilados. “Cada uno aporta sus habilidades y dedicación, y trabajamos juntos para realizar este proyecto, que se convierte en un trabajo compartido, casi familiar”, comenta Guilabert. Tienen diferentes perfiles: desde funcionarios hasta electricistas, lo que enriquece la experiencia del montaje y fomenta el trabajo en equipo.
“Cada año comenzamos a planificar el belén desde enero, y el proceso es continuo. La dedicación oscila entre dos y tres días a la semana hasta llegar a las últimas semanas donde intensificamos el trabajo”, explica el presidente, quien añade que este año la novedad será que el Belén permanecerá abierto hasta el 19 de enero. «Como decimos por aquí, hasta San Antón, Pascuas son», indica Guilabert.
Guilabert y su equipo se sienten especialmente gratificados al ver la reacción del público, un momento que consideran el más emocionante durante todo el proceso. “La verdadera satisfacción es ver las expresiones de los niños y sus padres al descubrir los detalles en las escenas. A veces escuchamos comentarios, algunos son sorprendentes, y otros más críticos, pero al final, lo que realmente cuenta es la alegría que sentimos por el trabajo realizado«.
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