El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha advertido a Occidente de las posibles «consecuencias graves» que podrían derivarse de la decisión de permitir que Ucrania utilice misiles de largo alcance fabricados en Estados Unidos para llevar a cabo ataques dentro del territorio ruso. La advertencia, emitida por la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, se produce en un contexto de creciente tensión tras informaciones publicadas por The Washington Post que indican que el presidente estadounidense, Joe Biden, habría autorizado el uso de estas armas por parte de las fuerzas ucranianas.

Putin ya había anticipado la reacción rusa

En declaraciones hechas a principios de septiembre, Putin ya había anticipado lo que consideraría una escalada significativa si Occidente decidiera dar luz verde a este tipo de ataques. «Si Occidente autoriza ataques dentro de Rusia con misiles de largo alcance, esto cambiaría la ‘esencia’ y la ‘naturaleza’ del conflicto», afirmó el presidente ruso en ese momento. Putin dejó claro que, en su opinión, este paso implicaría que la OTAN, Estados Unidos y los países europeos se estarían directamente involucrando en la guerra, transformando el conflicto en una lucha abierta entre las potencias occidentales y Rusia.

En sus declaraciones, Putin subrayó que la implicación de Occidente en el conflicto de esa manera «significaría que los países de la OTAN, EE.UU. y los estados europeos, están combatiendo con Rusia». Estas palabras resuenan ahora con renovada relevancia, tras las recientes informaciones que sugieren que la administración Biden podría haber aprobado el uso de misiles de largo alcance para que Ucrania ataque objetivos dentro de las fronteras rusas.

La autorización de Biden, aún no confirmada oficialmente

Según el artículo de The Washington Post publicado este domingo, el presidente Biden habría autorizado a Ucrania el uso de misiles ATACMS (Army Tactical Missile System), un sistema de misiles de largo alcance capaz de transportar cabezas convencionales o de racimo. Estos misiles tienen un alcance de hasta 190 millas (alrededor de 300 kilómetros), lo que permitiría a Ucrania realizar ataques en territorio ruso, aunque de forma limitada.

A pesar de la publicación de esta información, ni la Casa Blanca ni el Pentágono han confirmado oficialmente que Biden haya autorizado este tipo de ataques. Las autoridades estadounidenses mantienen un nivel de cautela respecto a los detalles de su apoyo militar a Ucrania, especialmente cuando se trata de armas con un alcance tan significativo. Por otro lado, el gobierno ucraniano de Volodímir Zelenski tampoco ha comentado oficialmente sobre la autorización de estos misiles.

¿Un giro estratégico en el apoyo de EE.UU. a Ucrania?

La posible autorización de los misiles ATACMS podría representar un cambio importante en el nivel de apoyo militar que Estados Unidos ha brindado a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa. Aunque Washington ha proporcionado una amplia gama de armas a Kiev, como sistemas de defensa aérea, vehículos blindados y municiones, el uso de misiles de largo alcance marcaba una línea que hasta ahora no se había cruzado.

Desde el principio del conflicto, el gobierno de Zelenski ha insistido en que necesita armas más poderosas para enfrentar la capacidad militar rusa. Los misiles ATACMS se presentarían como una solución a este problema, ya que permitirían a las fuerzas ucranianas atacar objetivos estratégicos en profundidad dentro de Rusia, debilitando la infraestructura militar del Kremlin y aumentando la presión sobre las fuerzas invasoras.

Sin embargo, la decisión de permitir estos ataques podría tener implicaciones significativas para la escalada del conflicto. Aunque no se espera que los misiles ATACMS sean utilizados de manera indiscriminada, la capacidad de Ucrania para atacar dentro de Rusia podría intensificar aún más las hostilidades y poner a prueba la paciencia de Moscú.

Un cambio en la política estadounidense con miras a las elecciones

La decisión de autorizar el uso de misiles de largo alcance también llega en un momento clave en la política estadounidense, justo cuando el país se prepara para las elecciones presidenciales de 2024. En enero, el presidente Biden entregará la presidencia a su sucesor, que podría ser el expresidente Donald Trump, quien ha prometido repetidamente poner fin a la guerra en Ucrania a través de un acuerdo con Rusia.

Aunque Trump no ha detallado completamente cómo planea abordar el conflicto, ha sugerido que buscaría negociaciones directas con Putin para llegar a un acuerdo que podría implicar concesiones territoriales por parte de Ucrania. Si la autorización de los misiles ATACMS se confirma, podría reforzar la posición de Ucrania en una futura mesa de negociaciones, especialmente si Trump decide adoptar una postura más conciliatoria con Moscú en caso de llegar al poder.

Reacciones y posibles consecuencias

La advertencia de Putin sobre las «consecuencias graves» que se derivarían de autorizar los ataques dentro de Rusia refleja la creciente preocupación del Kremlin sobre el curso del conflicto. Moscú ha dejado claro que considera cualquier intento de atacar su territorio como una agresión directa de la OTAN, lo que podría justificar respuestas militares más contundentes.

De ser cierto que la administración Biden ha autorizado el uso de misiles ATACMS, esto podría marcar un punto de no retorno en la escalada del conflicto. Sin embargo, también puede ser una medida calculada para enviar un mensaje claro a Rusia y a sus aliados, como Corea del Norte, que están intensificando su apoyo a las fuerzas rusas en el terreno.

El conflicto de Ucrania sigue siendo una de las crisis geopolíticas más complejas y peligrosas de los últimos años. A medida que las potencias internacionales se alinean con uno u otro bando, las decisiones de líderes como Biden y Putin tienen el potencial de alterar drásticamente la dinámica de la guerra, con consecuencias impredecibles para la región y para la estabilidad mundial.

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