La presencia de la mujer en la alta dirección de las empresas crece año año. Un ejemplo de ello es la composición del comité ejecutivo del organismo que representa la continuidad generacional de las empresas del IEF, denominado Forum Familiar. Hasta ocho de sus 14 miembros ya son mujeres. Y muchas de ellas obstentan puestos de relevancia en las compañías familiares. La actuación de la mujer ha sido importante para estos grupos, pero ha tenido un peso más relacionado con la cohesión familiar, lo que en inglés se denomina como chief emotional officer (CEO emocional). Mientras que ahora, las nuevas generaciones de mujeres además de más preparadas y educadas, cuentan con una mayor ambición y aspiración por coger las riendas de sus respectivos negocios.
«Las mujeres en las familias empresarias cada vez están más formadas, puesto que, en la educación, desde hace años, en nuestro país no se diferencia entre sexos. Actualmente, las mujeres pueden acceder a cualquier programa formativo o máster del mundo. Adicionalmente en las empresas familiares siempre ha habido una mayor involucración de mujeres en puestos directivos. Hoy en día y para el futuro, sólo puede ir a más. Tenemos mujeres más preparadas y con igualdad de oportunidades en sus empresas familiares», asegura Patricia Riberas, presidenta del Forum Familiar.
Coincide Verónica Boluda, responsable de servicios corporativos de Boluda Corporación Marítima y también miembro del comité Forum Familiar, al afirmar que en su generación «nunca se han puesto límites a los estudios (de las mujeres) y eso ha sido revolucionario para la mujer». En su caso, forma parte de la cuarta generación familiar formada por tres hermanos con distinta formación. Verónica Boluda está más orientada a la parte corporativa, Vicente Boluda con un enfoque más financiero e Ignacio Boluda en la división naviera. Y aunque afirma que nunca ha sido tratada diferente por ser mujer, también reconoce que en muchas de las reuniones a las que asiste sigue habiendo «mucha testosterona».
Gobierno corporativo
Aproximadamente un tercio de los puestos en los Consejos de Administración de las compañías familiares corresponden a mujeres, según Begoña Segovia, socia del Centro de Excelencia de Empresa Familiar de Deloitte, quien defiende que esta creciente presencia femenina en el gobierno corporativo aporta un estilo “transformador” que parte de ese liderazgo emocional para “generar un ambiente de trabajo más positivo” y, al mismo tiempo, otorga “una visión y comprensión más profunda de los valores familiares, lo que también impacta en la toma de las decisiones de la empresa”.
De hecho, hay nombres muy conocidos que actúan como referente con su presencia en sus respectivos consejos de administración. Es el caso de Sofía Osborne, presidenta del grupo Osborne; Marta Ortega, presidenta de Inditex o Ana Patricia Botín, al frente del Banco Santander. También otros como Marta Álvarez, presidenta de El Corte Inglés, Alba Tous, con el mismo cargo en Tous o Sabina Fluxá, consejera delegada y vicepresidenta de Iberostar.
«A medida que pasan las generaciones vemos que aunque las mujeres no entren en puestos de responsabilidad sí toman roles en sus respectivos consejos de administración», sostiene Ana Álvarez, quién además de miembro del comité del Forum Familiar es vicepresidenta del grupo cántabro Armando Álvarez, compañía de envases y embalaje sostenibles en la que se encarga de las relaciones institucionales y la estrategia ESG y en la que forma parte de la tercera generación, junto a su hermano Pepe Álvarez.
El gran reto por delante es la incorporación de la mujer al cuadro de mando de estas empresas, según la investigadora de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE, Jessenia Dávila, quien cree que «a la hora de hacer el salto a la dirección todavía hay mucho arraigo masculino»: “En la literatura lo que más abunda son estudios sobre la presencia de la mujer, pero más centrada en temas de sostenibilidad, recursos humanos y otras cuestiones que son muy importantes, pero con menos capacidad de gestión».