La catalogación y registro de la colección de libros que a su muerte dejó el poeta Francisco Brines en su residencia de l’Elca, en Oliva, será un arduo trabajo que costará al menos cuatro años, según cálculos de Isabel Calonge y Gloria Vallet, las dos documentalistas que desde el pasado mes de julio están realizando esta tarea, por encargo de la fundación creada para preservar su legado. 

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