La imagen ha sido descorazonadora. Un centenar de activistas se habían citado este sábado a mediodía en la que iba a ser la primera y gran manifestación dentro de la cumbre del clima de Bakú. Pero llegado el momento, el grito de los activistas ha tenido que apagarse. «La organización nos han prohibido hacer ruido. No podemos gritar, no podemos cantar y ni siquiera podemos aplaudir. Así que vamos a marchar en silencio, chasqueando los dedos y tarareando nuestros cánticos de siempre», ha clamado una de las organizadoras de esta protesta ante la atónita mirada de decenas de personas allí presentes, muchas de las cuales han tachado la restricción como algo «inédito» para una cumbre del clima. «Nunca había habido una restricción de este tipo. Es indignante», afirman los impulsores de esta protesta.
La acción se ha iniciado hacia mediodía cuando un centenar de activistas ha irrumpido en uno de los plenarios que en estos días acogen las negociaciones de la cumbre del clima y que, justo hoy, estaba desierto. Los manifestantes han ocupado el espacio y han tomado uno de los escenarios de la sala. Desde allí, varios colectivos ecologistas han denunciado al unísono la represión que están sufriendo los activistas dentro y fuera de la cumbre de Bakú. Ayer mismo, por ejemplo, un activista fue detenido por denunciar que el gobierno de Azerbaiyán está matando a disparo a los perros callejeros que deambulan por la ciudad. También se ha reportado la detención de un periodista que estaba cubriendo una protesta ecologista a las afueras de la cumbre.
Chasquidos y canturreos a boca cerrada
Desde el interior del plenario, varios activistas han tomado la palabra y han pronunciado discursos cargados de rabia y dolor. «Nos están silenciando justo en el momento donde más se necesita que se escuche nuestra voz», ha denunciado una de las organizadoras de esta protesta, que desde hace años encabeza las manifestaciones masivas que tienen lugar en el interior de las cumbres. Según ha explicado, este año no solo hay una décima parte de los manifestantes que normalmente suelen ir a este tipo de protestas sino que, además, se les ha prohibido explícitamente protestar como venían haciendo desde hace años. «No podemos gritar nuestros cánticos, así que saldremos allá fuera y los tararearemos con fuerza«, ha indicado a los manifestantes allí reunidos.
Tras varios discursos, en los que también se ha denunciado la falta de transparencia en las negociaciones de esta cumbre, los activistas han salido del plenario en silencio y han rodeado una de las salas en las que en estos días tienen lugar muchos encuentros diplomáticos. Una vez rodeado el perímetro, los activistas han desplegado sus pancartas en las que se podían leer desde lemas denunciando la industria de los combustibles fósiles hasta peticiones para aumentar la financiación climática necesaria para ayudar a los países en vías de desarrollo a hacer frente al caos climático. Todo ello, bajo un tenso silencio solo interrumpido por chasquidos y canturreos a boca cerrada. Una imagen más que inédita para las protestas de las cumbres del clima.
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