La imagen ha sido descorazonadora. Un centenar de activistas se habían citado este sábado a mediodía en la que iba a ser la primera y gran manifestación dentro de la cumbre del clima de Bakú. Pero llegado el momento, el grito de los activistas ha tenido que apagarse. «La organización nos han prohibido hacer ruido. No podemos gritar, no podemos cantar y ni siquiera podemos aplaudir. Así que vamos a marchar en silencio, chasqueando los dedos y tarareando nuestros cánticos de siempre», ha clamado una de las organizadoras de esta protesta ante la atónita mirada de decenas de personas allí presentes, muchas de las cuales han tachado la restricción como algo «inédito» para una cumbre del clima. «Nunca había habido una restricción de este tipo. Es indignante», afirman los impulsores de esta protesta.

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