Todos los esfuerzos por recuperar los cuerpos de las personas que aún permanecen desaparecidas, 14 según las cifras aportadas este viernes por el TSJCV, tras el paso de la mortífera DANA del pasado 29 de octubre se concentran en l’Albufera y en el mar, desde el puerto de València hasta el de Alicante. Es una lucha desesperada contra el reloj, porque cada minuto cuenta, sobre todo en el caso de los cuerpos que han acabado en el mar, algo de lo que los equipos están bastante convencidos.
El hallazgo, a la altura de Dénia de troncos, plásticos y otros restos arrastrados por la DANA a lo largo de los cursos de los ríos Xúquer, Magro y Túria, y de las decenas de barrancos que alimentaron el del Poyo -Pozalet, Saleta, Horteta y un cúmulo de afluentes que forman una maraña de ramblas secas hasta que los desborda un diluvio como el del 29 de octubre–, llevan a pensar que algunos de los desaparecidos pudieron ser llevados por esas mismas corrientes. A estas alturas, transcurridos casi 18 días de la catástrofe, es imposible que permanezcan en la superficie, por lo que hallar esos restos parece cada vez más imposible.
L’Albufera, milímetro a milímetro
Las esperanzas están puestas, sobre todo, en recuperar los que hayan podido quedar atrapados en l’Albufera y su área de influencia, es decir los arrozales y campos entre la pista de Silla y el lago, área que está siendo peinada milímetro a milímetro.
Por tierra, por rescatadores equipados con picas con las que van sondeando el suelo palmo a palmo y por la unidad de Caballería de la Guardia Civil, y en el agua, con especialistas de Montaña y buzos de ese cuerpo, además de otros de la Armada y operarios de una empresa barcelonesa fabricante de sónares. De momento, llevan días sin encontrar cuerpos, pero los rastreos continuarán mientras quede una remota posibilidad de hallarlos.
Esa búsqueda en el medio acuático del lago está siendo más precisa y ágil desde que el Ayuntamiento de València, a petición de la Guardia Civil y con el visto bueno de la Conselleria de Medio Ambiente, rebajó el nivel de l’Albufera, que se ha situado en los mínimos ecológicos que marcan los sensores instalados en la Gola de Pujol, esto es, entre 10 y 12 centímetros por encima del nivel del mar, para evitar la entrada de agua salina que comprometa aún más la delicada salud de esta laguna, severamente castigada por el aporte de barro y todo tipo de residuos durante esta extraordinaria riada.
217 fallecidos; 14 desaparecidos
De momento, en la noche de este viernes, la cifra de víctimas mortales se ha incrementado en uno y se sitúa en 217, tras el fallecimiento, en un hospital, de una mujer de avanzada edad que fue rescatada con vida, pero que no ha podido superar las lesiones sufridas la noche de las inundaciones. Con ella, ya son cuatro los fallecidos en hospitales.
Además, las desapariciones activas se han reducido en dos y ahora están en 14, después de que los equipos policiales hayan podido localizar sanas y salvas a dos personas de las que no se tenían noticias desde la DANA, y que ahora, por fin, han respondido a las llamadas.