Este lunes, el programa presentado por Carlos Sobera ha recibido la visita de Montse, una asesora fiscal de 61 años, que se define como una persona «jovial, alegre y con ganas de hacer siempre cosas». También ha explicado que «llevo cuatro años soltera», por lo que iba «con la esperanza de encontrar una chica con cultura y con la que se pueda hablar de todo«.
Seguidamente, Elisabeth (47 años), su cita, se presentaba como una persona «versátil, un poco camaleónica, me adapto al entorno». Aunque rápidamente salía el tema de la diferencia de edad, todo parecía ir por el buen camino, hasta el momento en que se tocó el tema lingüístico.
Los ‘no me gusta’
Aun siendo las dos de Catalunya –Montse de Girona y Elisabeth de Tarragona-, la segunda le explicaba que se siente muy sevillana, ya que su familia es de Andalucía.
Montse no dudaba en admitir que «a mí se me nota mucho que soy catalana y no lo voy a disimular», a lo que Elisabeth contestaba sin tapujos: «No me gusta el acento catalán, con todos mis respetos. De hecho, nunca he hablado catalán porque no me gusta ni el catalán ni el acento». Y fue ahí cuando todo se torció.
Al ser atacada, Montse ha contraatacado y ha revelado que no le gusta la vinculación de su cita con el Ejército: »Nunca me ha gustado el Ejército ni las Fuerzas Armadas».
Diferencias constantes
La conversación ha ido derivando hacia las ideologías políticas, un ámbito que ha acabado de evidenciar lo opuestas que son las dos solteras. «Soy y me siento española», recalcaba orgullosa Elisabeth. »Yo no. Tengo una identidad que es muy distinta a la española, unas costumbres, una manera de ser. Por ejemplo, los toros me dan repelús», replicaba Montse.
‘‘El sentimiento español no tiene que ir ligado a la pasión por los toros», respondía la de Tarragona. Sin embargo, poco después, aseguraba: «A mí me gusta que se conozca España por el flamenco y los toros».
Tras una cita llena de confesiones totalmente diferentes, no hubo ninguna sorpresa: ambas rechazaron tener una segunda cita.
