A pesar de su eterna cara de niño, Berto Romero cumple 50 años este domingo 17 de noviembre. El humorista, que se hizo famoso como «sobrino» de Buenafuente es uno de los cómicos más conocidos de nuestro país. En su currículo se encuentran Ha participado (como actor o como guionista) en películas como Tres bodas de más, Ocho apellidos catalanes o Anacleto: Agente secreto, además de series como Mira lo que has hecho o El otro lado.
Nació con el nombre de Alberto en Manresa (Barcelona) en 1974 y se crio en Cardona, en una familia humilde. Su padre era minero y su madre costurera, originarios de Cartagena, que habían tenido a su primer hijo bastantes años antes. Es por eso que el humorista creció sintiéndose hijo único y soñando con dedicarse al dibujo y hacer cómics.
Pero la vida le llevó por otro camino ya cuando era adolescente. Tuvo la oportunidad de subirse a un escenario con 17 años y se puso unas gafas de atrezo color amarillo como si fuera Eugenio. Muchos se sorprenderán al saber que durante gran parte de su carrera no ha necesitado ponerse lentes para ver, solo para que funcionaran como una máscara.
Estudió periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona y, cuando tenía 24 años, fundó su propia compañía de teatro con tres amigos, Paco Hernández, Miguel Company y Rafael Barceló. Con ellos hizo su primer monólogo, que acompañaba con una guitarra, y daba sus primeros pasos en la radio de Cataluña, RNE o la Cadena SER. El resto es historia, puesto que a mediados de los años 2000 comenzó a aparecer en televisión y su dúo cómico con Andreu Buenafuente se convirtió en su vehículo al éxito nacional.
La vida privada de Berto Romero
Pero ese amor por el dibujo que tenía de niño no se perdió. Hace más de veinte años que comenzó a salir con Marta Bercebal, ilustradora, con quien ya se había casado cuando empezó a hacerse famoso. Sobre ella solo tiene buenas palabras: «No puedes desear nadie mejor en casa«, decía en una entrevista con El País en 2020. Su pareja es su mayor crítica pero también quien más le apoya. Ella desarrolla su carrera como artista de libros infantiles, y junto a Noemi Villamuza es la mitad de Grillo en casa.
Según el propio Berto Romero ha explicado, cuando tuvo a su primer hijo, Lucas, en 2010 ya comenzaba a sufrir el «daño colateral» que considera que es la fama. Tres años después llegaron los mellizos Paula y Tomás, completando su familia. Sin embargo, si no fuera por un par de declaraciones aquí y allá, cualquiera diría que Berto Romero no quiere que se sepa de la existencia de esa vida familiar. Ni fotos en su Instagram ni en el de ella.
«Mi escala de valores estaba asentada, a punto de tener mi primer hijo, y eso me ayudó a no tomarme tan en serio«, explicaba sobre el momento en el que se hizo famoso. Su vida cambió radicalmente en la paternidad, y fue para bien, a pesar de que no todo fue positivo. «Yo no empecé a sentir miedos hasta que tuve a mi primer hijo«, compartía.
«Antes de ser padre me comportaba como un artista, me empezaban a ir bien las cosas y oye, tengo que escribir un gag para el jueves, pues de lunes a jueves me voy a estar inspirando y doy paseos, y me tomo unas cervezas, y media hora antes el jueves lo escribía y lo enviaba», recuerda. Ahora, en cambio, dedica solo esa media hora al trabajo y el resto del tiempo lo utiliza para estar con sus hijos.
La muerte de sus padres
Por desgracia, Berto Romero ha perdido a sus dos padres, Juan y Carmen. Su progenitor falleció de cirrosis tras un año sufriendo, poco después de nacer su hijo Lucas. «Estábamos haciendo Buenas noches y Buenafuente, que era un programa que hizo Andreu [Buenafuente] en Antena 3 y que duró muy poco, como seis programas. Pues mi padre murió en el tercero. La experiencia de ese programa está ligada a la muerte. Durante tres programas agoniza y muere, y los tres últimos son ya de duelo», contaba en 2020.
Su madre murió repentinamente, tal y como cuenta en la serie Mira lo que has hecho, basada en su propia vida. Tanto Juan como Carmen eran personas especialmente graciosas, pero Berto descubrió lo divertida que era su madre tras la muerte de su padre.
Y hasta en su funeral se echaron unas risas. Tal y como contó Berto en el programa La noche D, fueron a dar el pésame a Andreu en vez de a él. «Fue una señora y le dijo ‘lo siento mucho’, y Andreu le dijo ‘no es mi madre, es la del otro’. Luego me lo contó con mi madre ahí de cuerpo presente y me eché unas risas», recordaba el cómico.