Hasta mediados del año 2021, la Casablanca (de Repsol) era la única plataforma petrolífera española. Ubicada a 24 millas de la costa de Tarragona y anclada a 161 metros de profundidad, cesó su actividad y está ahora pendiente de un plan de desmantelamiento y sellado de los pozos. En su mismo emplazamiento está instalada otra plataforma, esta de carácter científico y dimensiones reducidas, integrada en una red global (AERONET-OC) que gestiona el Goddard Space Flight Center (GSFC) de la NASA. Se trata de una pequeña construcción flotante que proporciona, gracias a su instrumental técnico, múltiples parámetros a tiempo real y que se emiten a satélites como el Sentinel-3a (de la Agencia Espacial Europea o ESA) o el SeaWiFS de la institución norteamericana. Y a esta base de hormigón se dirigió el buque García del Cid, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), durante el viaje en el que desapareció la tripulante Mari Carmen Fernández Vázquez (Cangas, 1980). «La campaña ha proporcionado la oportunidad única de realizar una investigación exhaustiva de las características biológicas del área que rodea la Plataforma Casablanca», dice el informe, firmado por el investigador en jefe, Marco Talone, y que ha analizado el diario Faro de Vigo.

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