Marie Anne nunca ha podido olvidar su historia de amor con Gabriela y cuando fue envenenada, la gran dama escuchaba las canciones de su amada y veía su imagen.
“No hay ni un solo día que no piense como hubiese sido mi vida a vuestro lado”, le confiesa Gabriela a la beguina. La madre del padre Gonzalo le pide respetar el pacto que hicieron para protegerse porque “nuestro amor no está bien a los ojos de Dios”.
Unas palabras ante las que Marie Anne no se muestra de acuerdo. “No lo está a los ojos de los hombres”, le asegura la gran dama a la vez que acerca sus labios a los de Gabriela para fundirse en un apasionado beso.