En las reservas naturales del norte de Israel, el impacto de la guerra contra el grupo terrorista Hezbolá se hace evidente. Los jabalíes alcanzados por metralla, los árboles consumidos por el fuego y amplias zonas de vegetación quemada son el triste testimonio de la guerra. El costo ecológico es palpable en el entorno, donde los efectos de los ataques son devastadores.
En el valle de Hula, conocido por ser un santuario migratorio único para aves, el paisaje está marcado por el humo en la distancia. A pesar del sonido de una bandada de grullas comunes que llena el aire, el zumbido de los helicópteros militares israelíes interrumpe el ambiente. La guerra se deja sentir en esta región, cuya biodiversidad sufre los efectos de los constantes ataques.
El impacto en la Reserva Natural del Valle de Hula es evidente, especialmente en aquellas áreas que han sido sometidas a más de un año de ataques con cohetes por parte de Hezbolá. En algunos puntos, solo quedan plantas carbonizadas y el suelo cubierto de cenizas, dejando a la reserva en un estado de destrucción tras los enfrentamientos.
Inbar Rubin, director de campo de la reserva, expresa su preocupación por los efectos que la guerra tiene sobre las aves de la región. “Los ruidos de la guerra, los sonidos de las intercepciones, de los cohetes que caen y las fuertes explosiones: esos son los sonidos que escuchan los pájaros”, afirmó. “Son una enorme fuente de estrés”. La presencia de tales sonidos altera el equilibrio de la naturaleza y afecta a la fauna local.
El daño a la fauna y la fauna migratoria por los constantes ataques
Los visitantes han dejado de acudir a la reserva debido a la guerra, que se ubica a unos 30 kilómetros de la frontera con el Líbano. A pesar de que algunos creen que la ausencia de personas beneficia a los pájaros, Rubin señala que el daño causado por la guerra es mucho más grave que el impacto de los turistas. “El daño que la guerra provoca a la naturaleza es un millón de veces peor que el daño causado por los visitantes”, indicó.
El Valle de Hula es un lugar reconocido internacionalmente por ser punto de descanso para cientos de millones de aves migratorias que viajan desde Europa y Asia hacia África. A pesar de ser un refugio para pelícanos, patos, águilas y flamencos, el número de aves que se detiene allí ha disminuido considerablemente en las últimas temporadas, según Rubin. “Hay mucha menos anidación que en años normales”, explicó, resaltando la reducción en las poblaciones de aves.
Desde el 8 de octubre de 2023, las fuerzas de Hezbolá han intensificado sus ataques contra las comunidades israelíes y los puestos militares a lo largo de la frontera. El grupo justifica sus acciones como apoyo a Gaza, en medio de la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás, que cuenta con el respaldo de Irán. Esta situación ha intensificado la guerra en la región.
Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, cerca de 60.000 residentes fueron evacuados de las ciudades del norte de Israel cercanas a la frontera con Líbano. El temor a un ataque similar de Hezbolá, combinado con el aumento de lanzamientos de cohetes por parte de este grupo terrorista, generó una fuerte preocupación en la población local. Las medidas de evacuación fueron tomadas como parte de los esfuerzos para mitigar el riesgo.
El costo humano de los ataques y las escaramuzas transfronterizas
La violencia desatada desde octubre de 2023 ha cobrado la vida de 43 civiles israelíes en la región norte. Además, 69 soldados y reservistas de las Fuerzas de Defensa de Israel han muerto en escaramuzas transfronterizas, así como en la operación terrestre que se lanzó en el sur de Líbano a finales de septiembre. Los ataques también han provocado víctimas en el lado israelí debido a la creciente violencia.
En cuanto a los ataques aéreos, dos soldados israelíes murieron en un ataque con aviones no tripulados procedentes de Irak, mientras que varias incursiones desde Siria no han causado víctimas mortales, aunque la amenaza persiste. La situación se mantiene tensa y las autoridades siguen monitoreando los riesgos a lo largo de la frontera con el Líbano, mientras los enfrentamientos continúan intensificándose.
Hezbolá afecta la fauna en la guerra con Israel
Las Fuerzas de Defensa de Israel han estimado que cerca de 3.000 miembros de Hezbolá han perdido la vida en el marco de la guerra. Además, se ha reportado la muerte de alrededor de 100 personas de otros grupos terroristas y de varios civiles en el Líbano. Hezbolá ha reconocido la muerte de 516 de sus miembros, la mayoría en territorio libanés, aunque algunos también en Siria. Estos números no se han actualizado de manera constante desde que Israel lanzó una nueva ofensiva contra Hezbolá en septiembre.
Los bombardeos por parte de Israel han provocado una devastación significativa en diversas aldeas libanesas, particularmente en áreas situadas a lo largo de la frontera sur del país, las cuales son bastiones de Hezbolá.
En el ámbito de la fauna, el invierno pasado aproximadamente 50.000 grullas llegaron a la reserva, según Yossi Leshem, ornitólogo de larga trayectoria. “Para ellas, era un auténtico paraíso”, señaló. Sin embargo, después del inicio de la guerra con Hezbolá, el número de aves migratorias que llegaban se redujo en un 70 por ciento.
Leshem también indicó que los combates y los incendios generados por la guerra han alterado gravemente los recursos alimenticios para las aves. “Es una amenaza real”, advirtió, y añadió que, a pesar de que la guerra pueda terminar en un año, el impacto será sentido durante muchos años más.
Daños a la naturaleza y el impacto a largo plazo en las reservas
No obstante, la guerra no alterará de manera definitiva el patrón migratorio de las aves, según Leshem. Aunque las aves que pasen por la región enfrentará un menor éxito en su migración, afirmó que, tras el final de la guerra, el fenómeno migratorio se reanudará.
La devastación no se limita solo a la reserva. Según la Autoridad de Naturaleza y Parques de Israel, alrededor de 92.400 acres (37.400 hectáreas) de reservas naturales, parques nacionales, bosques y áreas abiertas han sido quemadas en todo el país desde el inicio de la guerra con Hamás.
Amit Dolev, ecologista del distrito norte de la Autoridad, subrayó que los daños a la naturaleza son, sin duda, considerables y en magnitudes no vistas anteriormente. Además, el ejército israelí reportó que casi 16.000 proyectiles, incluidos drones explosivos, fueron disparados desde territorio libanés, muchos de los cuales causaron incendios forestales. Otros proyectiles, derribados por las defensas aéreas israelíes, han lanzado metralla hacia zonas abiertas.
Impacto en la reserva de Tel Dan y el sufrimiento de la fauna
En la reserva natural de Tel Dan, que está situada cerca de la frontera con Líbano, unos 17 acres (7 hectáreas) de sus 400 han sido destruidos por incendios provocados por cohetes. Ramadan Issa, quien se encarga de la gestión de la reserva, mencionó que en el último año se ha dedicado a apagar incendios y rescatar animales heridos o aterrados por los combates.
Issa destacó el sufrimiento de la fauna local, como puercoespines, serpientes y jabalíes, que han sido víctimas de misiles o metralla. Además, señaló que muchos árboles centenarios han sido destruidos. No obstante, en las zonas quemadas ya comienzan a brotar pequeños brotes verdes de hierba y vegetación.
“La naturaleza es fuerte”, dijo Issa, “puede volver a crecer rápidamente y, después de las primeras lluvias invernales, muchas plantas comenzarán a crecer de nuevo”.