Con estas cifras, el plátano no solo es un alimento básico en nuestra dieta, también es un pilar fundamental para la economía y para el empleo a nivel regional, especialmente en el entorno rural.

El sector platanero de Canarias comprende más de 9.000 empleos directos, 7.300 productores y hasta 5.000 empleos indirectos / ASPROCAN

En un buen número de municipios canarios, en los que el cultivo platanero es la principal actividad agraria, el impacto social es indiscutible. Es el caso por ejemplo de lugares como Tijarafe, Fuencaliente, Puntallana o San Andrés y Sauces, en la isla de La Palma, donde más del 30% de los puestos de trabajo dependen directamente del cultivo del plátano. Un porcentaje que se eleva incluso por encima del 50% en otros puntos de la isla, como Barlovento, o Tazacorte, donde el plátano aporta el 75% del empleo. También sucede en zonas de otras islas, como en el norte de Tenerife y Gran Canaria, donde la incidencia del empleo platanero también en destacable en municipios como Buenavista, Los Silos o Gáldar.

De hecho, conforme a los últimos cálculos oficiales de impacto de la actividad en 2023, los salarios pagados a los trabajadores generan una masa salarial bruta de más de 186 millones de euros en Canarias. 

Un motor indispensable para el empleo en las Islas

Un motor indispensable para el empleo en las Islas / ASPROCAN

Un dato al que hay que sumarle el empleo indirecto y la actividad generada en el transporte, la maquinaria, el cartón, los abonos o combustibles, entre otros insumos, donde se generan un total de ingresos superior a 169 millones de euros.

Debido a los sistemas de contabilidad nacional, la actividad de cultivo se computa en el sector primario mientras que a partir de las fases de empaquetado se contabilizan dentro de la actividad industrial, lo que distribuye la actividad en distintos ámbitos.

En cualquier caso, más allá de las cifras, la actividad de producción y exportación de plátano de Canarias es una pieza clave para la cohesión social en las zonas rurales, ayudando también a combatir la despoblación. El cultivo del plátano no solo garantiza ingresos, también refuerza el arraigo en el territorio y la preservación de las costumbres y tradiciones locales.

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