«La muerte nos sonríe a todos. Todo lo que un hombre puede hacer es devolverle la sonrisa». Ya hace 24 años que Russell Crowe pronunció por primera vez estas palabras en su papel de Máximo, en la primera entrega, hasta ahora la única, de Gladiator.
Mañana la saga vuelve a la gran pantalla con la segunda parte de la historia de la mano del director original, Ridley Scott, que tiene 86 años y que es archiconocido por esta y otras sagas que han marcado un antes y un después, como Alien o Blade Runner. Además, cuenta con las actuaciones de nombre de la talla de Paul Mescal o Pedro Pascal.
En las entrevistas previas al estreno, Scott aseguraba que en su película solamente había un error histórico y que se cometió a propósito. Se trata del hecho de que los hermanos Geta y Carcalla, emperadores de la secuela, no fueron los que sucedieron a Cómodo como sí que sucede en esta película. Sin embargo, ¿es esto cierto que solo existe ese fallo o se le ha escapado alguno más al adalid del cine de ciencia ficción?
Color de piel de los personajes
Uno de los puntos más criticados desde que salió el tráiler es el color de piel de Macrinus, pues está interpretado por el actor afroamericano Denzel Washington. Sin embargo, también hay otras incongruencias, como la palidez en la tez de Geta y de Caracalla, interpretados por Joseph Quinn y Fred Hechinger, respectivamente, cuando fueron descendientes del pueblo libio y sirio.
La naumaquia
Una de las escenas más espectaculares que promete el avance es la naumaquia, nombre con el que se conocen las batallas navales que se desarrollaban fuera del mar, en algún lugar con agua.
Parece mentira que en la Antigua Roma tuvieran las herramientas para llenar un estadio de agua y meter barcos a combatir dentro, aunque no lo es. Sin embargo, las veces que se practicó este tipo de espectáculo se pueden contar con los dedos de la mano porque resultaba extremadamente costoso hacerlo.
Existen registros de algunas pocas, como la que se celebró por orden de Julio César en el año 46 a.C. En esta ocasión, el Coliseo todavía no existía (se construiría en el 72 d.C.) y se optó por excavar a las afueras de Roma para crear un lago artificial gracias a la canalización del agua del río Tíber, donde combatieron 6.000 hombres, según las fuentes históricas.
Sí que hay registros de una batalla en el Coliseo, aunque por las dimensiones de la arena sería menos espectaculares que en un espacio abierto como el mencionado. Además, con la construcción de los túneles subterráneos donde guardaban en espera los combatientes y animales se decidió poner fin a esta práctica allí por el peligro de derrumbamiento que existía.
El vestuario de los soldados
El vestuario es un punto en el que se suele poner la lupa en las películas históricas, aunque en esta hay una incongruencia de peso: los ropajes de la trama en el norte de África. Según los expertos, se muestran armaduras características del siglo II a.C., aunque la película está ambientada 400 años más tarde.
El rinoceronte y su jinete
En el tráiler se ve un jinete montando un rinoceronte que combate contra otros gladiadores. Si bien es cierto que se organizaban luchas entre bestias y humanos. Los reportes de Plinio indican que los primeros animales llegados de África fueron hipopótamos, leopardos y cocodrilos, 300 años antes de la película. Sin embargo, parece complicado que se llevase a cabo un enfrentamiento de estas características.