Ana (sevillana de 56 años) e Issiaga (guineano de 23) comen juntos todos los días en el office que está al lado de sus puestos de trabajo en el Hospital San Juan de Dios de Sevilla. Se sientan en su mesa preferida y conversan de todo un poco ante el menú del hospital: el trabajo, los planes del fin de semana, la familia o su tiempo libre. Por eso cuando les pedimos que se sentaran en otra silla, para mantener otro tipo de conversación, no les costó ningún trabajo y accedieron entusiastas a hablar a dos voces del papel de su profesión, el auxiliar de enfermería, en la sociedad actual. Porque, a pesar de la distancia generacional y de sus diferentes historias de vida, Ana e Issiaga han madurado un vínculo personal y profesional que va más allá del compañerismo y que tiene su origen en su misma forma de entender los cuidados.

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