El proceso de demolición de los últimos vestigios de la aldea beduina no reconocida de Umm al-Hiran ha concluido, allanando el terreno para la creación de una comunidad judía ortodoxa conocida como Dror. Esta acción pone fin a una prolongada batalla legal de más de 20 años, tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de 2015, que determinó que los beduinos ocupaban ilegalmente terrenos pertenecientes al Estado.

A pesar de los esfuerzos por persuadir a los aproximadamente 300 habitantes de Umm al-Hiran a mudarse a nuevas parcelas en la cercana ciudad beduina de Hura, estos fracasaron en gran parte. Muchos de los residentes decidieron demoler sus propias viviendas, mientras que la policía en el lugar derribó hoy una mezquita que aún permanecía de pie, según un video difundido por el Consejo Regional para los Pueblos Beduinos No Reconocidos del Néguev, una organización que defiende a las comunidades marginadas del sur.

El Consejo también informó que tres líderes de Umm al-Hiran fueron arrestados antes de la demolición, aunque su paradero sigue siendo desconocido. Para el portavoz de esta organización, esta acción representa “otro capítulo de la limpieza étnica y la expulsión de los árabes en este país”.

Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, defendió la política de demolición de viviendas ilegales en el Néguev, resaltando que, desde principios de 2024, las órdenes de demolición en la región han aumentado un 400%.

Este incidente recuerda a lo sucedido en 2017, cuando la policía disparó y mató a un conductor beduino durante una demolición previa en Umm al-Hiran, lo que provocó que su vehículo atropellara y matara a un agente. El conductor fue acusado injustamente de ser terrorista.

Según el Consejo, unas 150.000 personas viven actualmente en las 37 aldeas no reconocidas del Néguev, lo que representa aproximadamente un tercio de la población beduina de Israel. En la década de los 90, el gobierno israelí comenzó a destruir algunas de estas aldeas para reemplazarlas con comunidades oficialmente reconocidas. Este plan, de acuerdo con el Consejo, podría dejar a unos 9.000 beduinos sin hogar, provenientes de 14 aldeas.

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