Mientras Vladimir Putin no cesa en su guerra contra Ucrania y Donald Trump ha empezado a nombrar a los miembros de su gabinete y se apresura a dar un giro de 180 grados en las políticas de Estados Unidos, la Unión Europea se asoma al abismo de una crisis institucional sin precedentes que tiene en su epicentro a Teresa Ribera.

La tormenta podría desembocar incluso en la caída de la nueva Comisión de Ursula von der Leyen antes de tomar posesión. El Gobierno de la UE está en el aire hasta que Ribera explique qué hizo para prevenir y detectar la riada que ha arrasado la comarca de L’Horta Sud en Valencia, provocando más de 200 muertos.

El Partido Popular Europeo (PPE) -la familia política más importante en la Eurocámara y en el Consejo Europeo y de la que depende todo lo que ocurre en Bruselas- exige estas aclaraciones como condición previa para evaluar la candidatura de Ribera como vicepresidenta ejecutiva de la Comisión de Competencia y Transición Ecológica.

Ribera ya ha anunciado que comparecerá en el Congreso el 20 de noviembre. La todavía número tres de Pedro Sánchez debe comprometerse además a dimitir si resulta encausada por su gestión de la DANA, según han confirmado a EL ESPAÑOL fuentes del PPE.

El cumplimiento de estas dos condiciones no significa necesariamente que el resultado de la evaluación vaya a ser positivo y que Ribera tenga garantizado el aprobado en el examen. Se trata de requisitos previos para seguir negociando, explican las fuentes consultadas.

Al margen de su gestión de la DANA, el PPE sigue teniendo serias dudas sobre la candidatura de la española. «Ribera no ha reconocido el signo de los tiempos. Habló como si no hubiera una crisis económica, ni una guerra, ni un cambio de mayoría en el Parlamento Europeo. No ha indicado que esté buscando de verdad el apoyo del grupo más numeroso en el Parlamento Europeo», explica el portavoz del partido en materia de Medio Ambiente, Peter Liese.

En el tenso examen de Teresa Ribera en la Eurocámara, no pasó desapercibida la pregunta final de la dura intervención de Dolors Montserrat. «¿Se compromete a dimitir si se ve involucrada judicialmente (en la gestión de la DANA de Valencia) para no arrastar al descrédito a la presidenta Von der Leyen y a todo el colegio de comisarios?», le espetó. Pese a la férrea oposición del PP a su nombramiento, la líder del partido en Bruselas daba por hecho que acabará siendo vicepresidenta de la Comisión y al mismo tiempo exponía sus condiciones.

Una señal que se confirmó cuando otro eurodiputado del Partido Popular Europeo (PPE), el italiano Fulvio Martusciello, repitió a la aún número tres de Pedro Sánchez la misma pregunta, casi palabra por palabra: «¿Qué hará usted si se la encausa por responsabilidad en lo sucedido en Valencia? ¿Dimitirá o no?«.

Feijóo marca el paso

En el bloqueo a Ribera, el PPE ha seguido en los últimos días al pie de la letra y de forma disciplianda la línea política y el argumentario marcados desde Madrid por Alberto Núñez Feijoo, que habló personalmente el lunes con el jefe del grupo, el alemán Manfred Weber, para fijar posición.

«Esperamos que Teresa Ribera responda a todas las preguntas abiertas sobre sus responsabilidades como ministra ante el Parlamento español antes de buscar nuevas responsabilidades en Europa. No podemos permitirnos el lujo de cargar a la nueva Comisión con responsabilidades jurídicas y políticas que surjan del cargo ejecutivo anterior de cualquier nuevo comisario», ha dicho el propio Weber.

Los socialistas europeos -liderados por la española Iratxe García, muy cercana a Pedro Sánchez– sostienen que, con su bloqueo a Teresa Ribera, el PPE ha roto el acuerdo de gran coalición (populares, socialistas, liberales y verdes) que permitió la reelección en julio de Von der Leyen. Por ello, los socialistas amenazan con tumbar a todo el colegio de comisarios en la votación vinculante que tendrá lugar en la Eurocámara en la última semana de noviembre. Eso obligaría a la presidenta a volver a la casilla de salida en la configuración de su nuevo Gobierno.

«El líder del PPE ha roto el acuerdo político de las fuerzas democráticas proeuropeas en el Parlamento Europeo en aras de la agenda destructiva del PP español, que está intentendo convertir a Teresa Ribera en el chivo expiatorio por su incapacidad para gestionar las inundaciones más catastróficas de la historia reciente de Europa», han denunciado los socialistas en un comunicado.

A la vista del bloqueo total en la Eurocámara, la propia Von der Leyen ha decidido tomar las riendas de la negociación y ha convocado en su despacho a Manfred Weber, Iratxe García y Valerie Hayer, la líder de los liberales. «Es SU Comisión, así que ella se juega mucho», señalan fuentes parlamentarias. La presidenta ha trasladado a los líderes políticos que es urgente que la Unión Europea se ponga en marcha en un contexto internacional tan difícil como el actual.

Su objetivo sigue siendo que su nuevo Gobierno tome posesión el 1 de diciembre. Por ello, Von der Leyen mantiene su confianza en Ribera, según ha confirmado su portavoz a preguntas de este periódico. «Ribera es la designada por las autoridades españolas para el puesto de comisaria, el Parlamento Europeo tiene un proceso de audiencias que sigue en marcha y la presidenta ha otorgado por supuesto su confianza a la señora Ribera y la ha propuesto como comisaria», ha explicado el portavoz.

¿Mantiene Von der Leyen esa confianza en Ribera tras su gestión de la DANA de Valencia?, le ha repreguntado este periódico. «La presidenta ha dado su confianza al conjunto de candidatos al puesto de comisario. el proceso de confirmación sigue en marcha. Y evidentemente nada ha cambiado respecto a esa decisión inicial«, ha respondido el portavoz.

De la reunión convocada por Von der Leyen este miércoles no ha salido ningún acuerdo, pero los líderes de los grupos políticos se han comprometido a mantener todos los canales de comunicación abiertos en las próximas horas y días.

Los más veteranos del lugar no tienen ninguna duda de que, por muy alta que sea ahora la temperatura, al final se calmarán los ánimos y la gran coalición llegará a un acuerdo para salvar a la Comisión Von der Leyen. «Negociarán y negociarán (como hicieron este miércoles) y probablemente la semana que viene habrá un acuerdo global«, explica a este periódico una alta funcionaria que ha pasado ya por varias instituciones. 

Los que más hayan subido en la escalera (de la tensión) van a ser los que más tengan que bajar”, añade otro curtido diplomático comunitario de larga trayectoria. ¿Entonces no hay que temer un cisne negro en Bruselas: que el colegio de comisarios caiga al completo en la votación de la última semana de noviembre? «En absoluto», responde sin dudarlo la alta funcionaria.

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