La solidaridad ha sido protagonista durante estas dos últimas semanas en los municipios afectados por la DANA. Desde el primer momento, miles de voluntarios procedentes de distintos puntos de España se han desplazado hasta los lugares más perjudicados para ayudar a sus vecinos y vecinas a retirar lodo, muebles y otros elementos inservibles. Además, se han realizado una gran cantidad de iniciativas y donaciones para ayudar a las familias damnificadas.
Dos semanas después de aquel trágico 29 de octubre, la ola de solidaridad sigue presente en todas estas localidades. Los vecinos y vecinas de Algemesí, el epicentro de la catástrofe en la Ribera, lo pueden comprobar cada día.
Tres vecinos de Cieza (Murcia) se han desplazado en varias ocasiones a la provincia no sólo para ayudar en la retirada de lodo, sino también para colaborar con los más pequeños. Concretamente, estos jóvenes acuden durante varios días a la semana a la localidad de Algemesí para repartir juguetes entre los más pequeños. Cada uno se disfraza de un superhéroe (Spiderman, Superman y el Capitán América) para regalar estos muñecos a los niños y niñas que se encuentran en sus viviendas o en los colegios de la localidad. «Queremos ayudar a los niños que lo han perdido todo para sacarles una pequeña sonrisa y que se olviden de esta tragedia», explican Pedro Marino y Pepe Peñapareja, dos de los voluntarios.
Esta iniciativa nació después de que Pepe visitara Massanassa, otra de las localidades afectadas. «Me di cuenta de la realidad que estaban viviendo. Lo habían perdido todo», señala el joven. Tras aquella primera visita, Pepe decidió centrarse en los más pequeños, ya que, en sus palabras, «ellos no son conscientes de lo que están viviendo, pero son uno de los principales grupos de afectados». Por ello, decidió hacer un llamamiento en redes sociales con el fin de recoger juguetes para los más pequeños. En pocas horas, recibió varios mensajes de comercios y usuarios que se sumaban a esta causa.
Fue un vecino de València quien le avisó sobre la situación que estaba viviendo Algemesí, que, además, había conseguido reabrir algunos centros escolares. Sin pensarlo, los tres amigos se desplazaron hasta esta localidad. «Hemos salido a las seis de la mañana de Murcia. Nos hemos pedido el día libre solo para ayudarles», explica Pedro.
Reconocen que el cariño es mutuo, ya que ellos también reciben muestras de agradecimiento por parte de los más pequeños. «La sonrisa que nos han transmitido no tiene precio. Nos llevamos nosotros más alegría cuando salimos de las aulas», concluyen.