En torno a 20.000 efectivos en los años setenta. Eran los policías del franquismo, el color de su uniforme les dio un mote inmortal, los grises, y comenzaron a ser la cara de la represión más feroz en las manifestaciones universitarias de las dos últimas décadas de dictadura. Encargados de mantener el orden, su actuación quedó restringida exclusivamente al ámbito urbano a partir de los sesenta tras la aparición de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Tal semana como ésta pero de hace 50 años, el Director General de Seguridad prometía destinar 63 millones para las comisarías de Alicante y Elche, una inyección de modernidad para un cuerpo que todavía funcionaría durante la Transición y que sería sustituido en 1978 por el Cuerpo de Policía Nacional.

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