Israel ha expresado dudas sobre la imparcialidad de un juez de la Corte Penal Internacional (CPI), designado para un panel que decidirá si se debe emitir una orden de arresto contra el primer ministro Benjamin Netanyahu por su papel en la guerra en Gaza.
Esta acción podría retrasar aún más la decisión del caso, la cual surgió tras la solicitud en mayo del fiscal jefe de la CPI, Karim Khan, para emitir órdenes de arresto contra Netanyahu, el exministro de Defensa Yoav Gallant y tres líderes de Hamás que han sido asesinados desde entonces.
La aprobación de esta solicitud depende de los jueces de la CPI, aunque su resolución se ha demorado debido a varias rondas de presentaciones legales por parte de Israel, que cuestionan la jurisdicción del tribunal.
El mes pasado, la jueza Iulia Motoc, de Rumanía, dejó su puesto en el tribunal por razones de salud, siendo reemplazada por la jueza de la CPI Beti Hohler, de nacionalidad eslovena.
Israel pide aclaraciones sobre la imparcialidad de la jueza Beti Hohler
Sin embargo, el lunes, la oficina de la Fiscal general Gali Baharav-Miara presentó una solicitud oficial en la que alegaba que Hohler había trabajado previamente en la Oficina del Fiscal antes de su nombramiento como jueza en diciembre.
En la presentación, se lee: “Israel solicita respetuosamente que la jueza Beti Hohler proporcione información para aclarar si hay (o no) motivos para dudar razonablemente de su imparcialidad”.
Además, Israel aclaró que no considera que el empleo previo de Hohler en la Fiscalía implique necesariamente falta de imparcialidad, pero destacó que los jueces de la CPI han reconocido en el pasado que ciertos roles previos en la Fiscalía pueden generar dudas razonables sobre su objetividad.
En mayo, el fiscal jefe de la CPI afirmó que había motivos razonables para creer que Netanyahu, Gallant y los líderes de Hamás, Yahya Sinwar, Ismail Haniyeh y Mohammed Deif, habían cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Complicaciones adicionales en el proceso judicial
Los tres líderes de Hamás mencionados fueron asesinados en los últimos meses, y, la semana pasada, Yoav Gallant fue despedido de su cargo como ministro de Defensa.
Israel ha rechazado categóricamente los cargos, calificando la solicitud como antisemita. Algunos han comparado la situación con un libelo de sangre, una acusación histórica de carácter antisemita.
El caso ha enfrentado nuevas complicaciones recientemente, con la aparición de acusaciones de conducta sexual inapropiada contra el fiscal jefe, Karim Khan. La CPI ha ordenado una investigación externa sobre el asunto, luego de que una investigación interna se cerrara en solo unos días.
Algunos senadores estadounidenses han solicitado que el tribunal posponga la decisión sobre las órdenes de arresto hasta que se resuelvan las acusaciones contra Khan.
Aunque la CPI no tiene plazos estrictos para emitir su decisión, en casos anteriores ha tardado en promedio tres meses en resolver solicitudes similares.