Una imagen de la manifestación del pasado sábado n Valencia para pedir la dimisión de Carlos Mazón. / EFE

Unas reflexiones visto el entusiasmo de la prensa atrincherada por echar a Carlos Mazón para cargarse de una tacada a Sánchez y a Feijóo. La izquierda salió del poder en València de mala manera. Los votantes de centro no querían echar a Ximo Puig, con buen cartel entre el electorado y entre el empresariado emprendedor. Pero el Botànic fue siempre una olla de grillos y los líos de Mònica Oltra, absuelta pasados los comicios, emponzoñaron la buena gestión de los socialistas que padecieron también su distanciamiento de Sánchez y… de Ábalos. Para rematar este cuadro hay que recordar algo que estos días tiene mucha importancia: en julio del 2023, Carlos Mazón anunció su pacto con Vox antes de tiempo porque el plan de Feijóo era posponer los acuerdos con la ultraderecha hasta las elecciones generales que Sánchez avanzó. Al dirigente gallego siempre le quedará la incógnita de saber si ahora sería presidente en el caso de que Mazón hubiera sido obediente, pero el valenciano tenía que firmar con los de Abascal para que el candidato local fuera candidato al Congreso. Aunque al resto de los mortales nos parezca que es una barbaridad pensar en estas cosas mientras 845.000 personas tratan de recuperarse de la DANA, los políticos, y especialmente sus asesores, no tienen otra cosa en la cabeza. Pasar cuentas del pasado y situarse en el futuro que ahora empieza. 

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