‘La venganza de la llorona’ es el libro de Lydia Lozano y Belén Esteban y María Patiño no se han querido perder su presentación oficial. «Es una ilusión que tenía Lydia. Cuando hay que estar, hay que estar» ha expresado emocionada la ‘Princesa del pueblo’, reconociendo que aunque «me he matado con ella mil veces. Yo y todos… Cuando nos tenemos que matar, nos matamos, pero cuando tenemos que estar, estamos. Y creo que hoy es un día muy importante para estar con ella».
«Lydia es incombustible. No he visto a una tía con más energía en el mundo, y su libro ha sido un descubrimiento porque ha dado un puño sobre la mesa y ha soltado lo que ella necesitaba», ha añadido Patiño, definiendo a su compañera como «cultura pop de los ochenta» y «un referente para muchas cosas».
«Tiene muchos defectos pero también muchas virtudes. No he visto a una mujer que le guste tanto trabajar en televisión. Mira, con la espalda, lo ha pasado fatal, venía con un corsé y se iba a ‘Mañaneros’. Y eso no lo hace cualquier persona. O sea, yo creo que Lydia Lozano es muy importante para el mundo del periodismo», ha comentado Belén, confesando entre risas que «la quiero a ratos, pero la quiero».
María Patiño y Terelu Campos, de ser íntimas a no dirigirse la palabra
Quien no acudió al libro de Lydia Lozano fue Terelu Campos. María Patiño reveló que actualmente no tienen ningún tipo de relación pese a ser íntimas amigas durante años y confesó que no olvida a la hija de María Teresa Campos: «Yo creo que… yo echo mucho de menos a Terelu. Pero hay que aceptar la vida. No me hablo con ella». «Ahora estoy pendiente de lo de la Fiscalía de Turín, estoy muy preocupada» ha apuntado, haciendo referencia a la investigación abierta contra el ‘suegro’ de Alejandra Rubio, Carlo Costanzia, por su presunta implicación en el caso de sus hijos Pietro y Rocco, en prisión desde marzo por intento de asesinato, ya que se cree que cometió un delito de falsedad documental para ayudar a una tercera persona a introducir un móvil en la cárcel para que los hermanos se comunicasen entre ellos y con el exterior. Un dardo para Terelu que no ha pasado inadvertido.