1. Secuelas emocionales en voluntarios y profesionales
  2. El ambiente en las zonas afectadas
  3. “Solo el pueblo salva al pueblo”
  4. Así se organizan los estudiantes para ayudar
  5. Las redes sociales: un arma de doble filo
  6. Plan de salud mental para los afectados
  7. Niños y ancianos, los colectivos más vulnerables
Estrés, shock, ansiedad… los traumas que sufren los voluntarios en Valencia.

El terrorífico temporal que se ha llevado por delante la vida de 223 personas ha dejado a su paso un profundo impacto emocional en quienes lo sufrieron de primera mano. La peor parte se la ha llevado Valencia, pero la DANA del fatídico 29 de octubre también azotó Castilla-La Mancha y Andalucía. Cientos de personas han perdido sus casas y todo cuanto tenían. La tragedia ha desatado una ola de solidaridad que ha provocado que miles de voluntarios estén desplazándose a las zonas afectadas para ayudar con las tareas de reconstrucción. Pero este esfuerzo no está saliendo gratis.

Secuelas emocionales en voluntarios y profesionales

Todos los voluntarios desplazados a las zonas afectadas coinciden en lo impactante que resulta ver el desastre de primera mano. La experiencia, para la mayoría de ellos, está siendo gratificante, explican, pero también bastante traumática. De hecho, los psicólogos están detectando situaciones de estrés, shock y ansiedad en las personas que acuden a la llamada de auxilio de las localidades que están pidiendo insistentemente ‘manos’ y la presencia de maquinaria pesada para poder continuar con las labores de limpieza.

Fernando Muñoz Prieto, experto en psicología de urgencias y emergencias y profesor del CES Cardenal Cisneros, destaca a Confidencial Digital la importancia de brindar en estos momentos apoyo emocional a los voluntarios. “Es gente que, con todo el amor del mundo, va a un determinado lugar a ofrecer todas sus capacidades de la forma más noble para ayudar a terceros”, relata Muñoz Prieto, que también fue coordinador del dispositivo de asistencia psicológica en el 11M.

Prosigue: “Son colectivos a los que hay que prestar cierta atención diaria, también cuando finalicen su voluntariado, para ayudarles a abordar la situación de estrés adaptativo que, seguramente, estén viviendo”.

En cuanto al personal de emergencia, el experto explica que deben contar con una preparación previa y un entrenamiento psicológico específico para tratar de limitar las posibilidades de aparición de secuelas. Aun así, se están enfrentando también a intensas situaciones de estrés.

El ambiente en las zonas afectadas

En los municipios golpeados por la DANA, las calles aún exhiben el peso de la catástrofe, transformadas en un mosaico de barro, escombros y objetos personales arrastrados por las aguas. El olor a humedad y lodo invade el aire, según reflejan los testimonios de voluntarios que están sobre el terreno, mientras las fachadas de las casas muestran líneas de barro que revelan hasta dónde llegaron las aguas. Las aceras están cubiertas de basura y restos de enseres domésticos, señal de una vida abruptamente interrumpida.

La población vive entre el agotamiento y la esperanza. Voluntarios y residentes han unido fuerzas para limpiar y rescatar lo que se pueda, pero el proceso es lento y extenuante. Los vecinos se encuentran fuera de sus hogares, algunos ya demolidos o inhabitables. En el ambiente se percibe una mezcla de solidaridad y tristeza.

“Solo el pueblo salva al pueblo”

El descontento en los municipios afectados por la DANA ha ido in crecendo ante la percepción de que la ayuda llegó tarde. Vecinos de los pueblos más golpeados han tenido que organizarse por su cuenta, enfrentando la situación con recursos mínimos y apoyándose entre sí. “Solo el pueblo salva al pueblo”, repiten, señalando que la respuesta de las autoridades ha sido insuficiente y que, a día de hoy, muchos servicios básicos aún no están restablecidos, complicando el regreso a la normalidad.

El pasado domingo, 130.000 personas –según la Delegación del Gobierno– se concentraron en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia para exigir la dimisión de Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana. Los manifestantes denunciaron la falta de previsión y la lenta reacción del gobierno autonómico, que, según ellos, no actuó con la urgencia necesaria pese a la gravedad de la situación. “Nos dejaron solos en plena catástrofe”, afirmaron algunos asistentes.

Simultáneamente, en Madrid, unas 2.000 personas se congregaron en la calle Ferraz, para pedir la dimisión del presidente del Gobierno Pedro Sánchez.

Así se organizan los estudiantes para ayudar

Mientras tanto, en el corazón de los municipios más golpeados por la DANA, como Paiporta, Catarroja y Sedaví, se ha desplegado una movilización espontánea de jóvenes que se han lanzado a las calles para limpiar y reconstruir la comunidad.

Estos voluntarios, en su mayoría estudiantes, se han unido a los trabajos de los bomberos y el ejército, removiendo escombros y despejando las calles inundadas. Su esfuerzo colectivo, aunque caótico al inicio, ha sido una respuesta clave para la rápida recuperación de las áreas afectadas, permitiendo que muchas familias puedan regresar poco a poco a sus hogares. 

La coordinación entre estos voluntarios y los servicios de emergencia ha ido creciendo en eficacia, transformándose en un engranaje organizado. Las redes sociales y el boca a boca, los motores iniciales de la ayuda, han dado paso a un sistema más estructurado en el que plataformas digitales facilitan la gestión de necesidades en cada zona.

Las redes sociales: un arma de doble filo

“Las redes sociales pueden ser un instrumento muy importante de cohesión comunitaria, pueden ser extremadamente útiles, pero también conllevan una serie de riesgos”, explica Muñoz Prieto. “Hay que tener presente que se han generado bulos, información que no es idónea y que lo único que hace es generar inestabilidad emocional”, afirma.

El bulo más sonado ha sido el que afirmaba la existencia de cientos de cadáveres en el parking subterráneo del centro comercial Bonaire, en Aldaia. Finalmente, los servicios de emergencia no encontraron ninguno. Las noticias falsas influyen de forma directa en el bienestar emocional de los afectados, según subraya Muñoz: “Nosotros siempre decimos que a mayor incertidumbre, menor adaptabilidad psicológica”.

Plan de salud mental para los afectados

Pedro Sánchez, anunció este lunes que el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha un plan de intervención en salud mental para atender a la población afectada por la catástrofe, compuesto por 14 equipos multidisciplinares especializados.

Estos equipos brindarán apoyo psicológico directo y trabajarán en la prevención de problemas mentales, además de identificar de manera temprana a las personas con riesgo de desarrollar trastornos graves.

Esta intervención se estructurará en dos niveles: uno comunitario y otro especializado. El primero estará orientado a la prevención y promoción del bienestar, mediante actividades informativas, talleres y programas de apoyo psicosocial que buscan detectar problemas a tiempo.

Por su parte, el nivel especializado abordará los casos más complejos, como la detección de cuadros clínicos como Trastorno de Estrés Postraumático. Estos pacientes serán derivados a la red de salud mental de la Comunidad Valenciana para recibir atención profesional a medio y largo plazo.

Niños y ancianos, los colectivos más vulnerables

Muñoz Prieto señala que los ancianos y los niños constituyen dos de los colectivos más vulnerables ante una catástrofe. “Son los más indefensos y tienen que afrontar imágenes y situaciones durísimas, así como pérdidas de seres queridos”.

Los ancianos, debido a sus circunstancias, requieren un seguimiento especial en el proceso de recuperación, para que no se sientan desprotegidos o solos en medio del trauma.

En el caso de los menores, Muñoz Prieto destaca que “lo más frecuente en general va a ser fundamentalmente sintomatología ansiosa. Miedos, ansiedad expectante y terrores nocturnos”. En estas edades es esencial que los adultos sepan manejar sus propias emociones para transmitir calma y apoyo a los más pequeños, evitando que desarrollen patrones de ansiedad anticipatoria. “Ahí, por ejemplo, trabajar modelos de psicología comunitaria les ayudará mucho al retorno a unos niveles que sean muy adaptativos”, añade el especialista. Así, Muñoz Prieto subraya la importancia de adaptar las explicaciones sobre lo ocurrido según la edad de cada niño, sin caer en detalles que puedan generar mayor temor.

Para él, la familia es clave en esta labor de acompañamiento y, además, la sociedad también debe asumir un rol activo en la protección de los menores. “Con lo cual, trasladarles un entorno lo más seguro psicológicamente posible a los menores, desde luego les ayudará”, concluye.

Varios niños vuelven a las clases en el Colegio de Amparo Albau en el día 13 tras el paso de la DANA por Valencia, a 11 de noviembre de 2024, en Alaquàs. (Foto: Rober Solsona / Europa Press)
Estrés, shock, ansiedad… los traumas que sufren los voluntarios en Valencia.

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