«Gil aprobó con nota el examen de la vida». Con estas palabras despidió esta tarde el párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta, a Gilberto González, uno de los policías locales más conocidos y queridos de Gijón no solo por todos sus años en el cuerpo, sino también por sus labores como escolta de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón. La iglesia de San Pedro fue el escenario donde se celebró el último adiós a un hombre que «hizo un gran servicio público». Entre sus méritos, se cuentan el haber salvado la vida a un hombre que hace unos años sufrió un infarto. Al funeral acudieron numerosos representantes de la sociedad civil gijonesa. Entre ellos estuvo Carmen Moriyón secundada por un buen número de ediles, así como miembros de otros partidos. También acudieron decenas de policías locales y nacionales y mandos de estos dos cuerpos y muchos moteros del club Asturfelix del que «Gil», como se le conocía popularmente, era miembro. Por otro lado, en el tanatorio de Cabueñes se celebró esta mañana el funeral por el también Policía Local Juan José Santos Alarios, fallecido el domingo de forma repentina. Gilberto González falleció el lunes.

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