«Son una plaga y ya no sabemos qué hacer para que no entren en los campos». De esta forma se expresa Mari Carmen Pérez, productora de manzanas en la zona de la Sarga, mientras observa desolada los daños causados por los ciervos en sus plantaciones. Unos destrozos que se han llevado por delante la mitad de la cosecha de este cultivo singular o, lo que es lo mismo, medio millón de kilos de fruta. El fenómeno cada vez es más evidente y se ha visto agudizado por la sequía, toda vez que la fauna silvestre, ante la falta de alimento en los montes, no duda en adentrarse cada vez más en las explotaciones agrícolas de la provincia, causando pérdidas que a nivel general superan los 10 millones de euros. Todo ello mientras los agricultores reclaman a la conselleria ayudas directas para compensar los daños, más allá de las aprobadas recientemente para la implantación de vallados y otras medidas preventivas.

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