El estrés postraumático es uno de los problemas en el medio y largo plazo que afronta la Conselleria de Sanidad de la Comunidat Valenciana en el terreno de la salud mental. Para hacerle frente, el departamento anuncia la creación de seis Unidades de Trauma Complejo, una por cada departamento de salud afectado por la DANA. Estos son el Doctor Peset, el General de València, La Fe, Manises, Alzira y Requena, aunque esta última unidad tendrá menos dimensión que las otras cinco por la densidad población de cada zona.
Estas unidades se pondrán en marcha en un plazo de entre dos y tres semanas atendiendo a las necesidades «de los tiempos clínicos». Así lo ha explicado el responsable de la Oficina Autonómica de Salud Mental, Bartolomé Pérez, quien ha querido alertar sobre la grave amenaza a la que se enfrenta la Comunitat Valenciana: «Es el problema de salud más grave que ha afrontado esta autonomía«. En sus consecuencias máximas, el estrés postraumático puede conllevar al suicidio o al consumo de drogas y otros estupefacientes. «Estamos ante un escenario complejo -, ha afirmado-, pero podemos disminuir el daño previsible si actuamos a tiempo».
Personal según necesidades
En principio, cada departamento tendrá «carta blanca» para configurar sus Unidades de Traume, aunque Pérez ha apuntado a un equipo estándar, conformado por dos psiquiatras, cuatro psicólogos, dos enfermeras de salud mental y un trabajador social. En todos los casos, contarán con profesionales especializados en la afectación para adultos y, también, niños y adolescentes.
Estas unidades estarán integradas por profesionales de la propia Conselleria de Sanidad, que cubrirán este servicio con horas extra, de forma voluntaria, a través del sistema de módulo o productividad por las tardes. «Debemos seguir ofreciendo la asistencia rutinaria y no saturar los servicios», ha apuntado Pérez.
El representante de la conselleria ha querido señalar la ayuda propiciada por el aumento del personal especializado en salud mental, realizado en el último año, con la creación de 200 plazas, aunque no todas ellas han sido ocupadas por el momento. En la provincia de València, se cuenta con 19 psiquiatras, un 19 % más que hace un año; y 56 psicólogos, con un incremento del 57 %. «Estos nos permite equilibrar la asistencia psicológica rutinaria y la nueva situación de extrema gravedad», ha añadido.
Seguimiento psicológico
Por el momento, Sanidad se encuentra ofreciendo asistencia psicológica de dos formas. La primera es la Unidad de Asistencia Psicológica, con 30 profesionales, ubicada en Feria Valencia. Se anunció hace a penas una semana con el objetivo de atender a los pacientes de las víctimas mortales, aunque no se descartó su atención a otras personas afectadas por la Dana. Ante una cifra de víctimas estable -los primeros pronósticos barajaban cerca de un millar de fallecidos-, su función se ha reconvertido en realizar el seguimiento a los pacientes atendidos allí presencialmente o a los que acuden a los 13 puntos de asistencia psicológica sobre el terreno, en los municipios más afectados. Hasta el sábado, ha asistido a 230 personas, la mayoría por vía telefónica.
La segunda es en los puntos citados anteriormente en la zona cero. Estos están constituidos por 17 equipos multidisciplinares, conformados por cerca de 120 profesionales en salud mental.
Cribado escolar
Otro de los proyectos en el medio plazo es la puesta en marcha de formularios digitales para realizar un seguimiento epidemiológico en salud mental. Se realizará en dos líneas: con un cribado en las escuelas en colaboración con la Conselleria de Educación, con cuestionarios de forma anónima, con cierta periodicidad para evaluar la evolución de síndromes como la ansiedad y la depresión en el conjunto de la población escolar; y un cribado vía telefónica de la ciudadanía de las zonas afectadas por la Dana, a través de formularios cortos enviados con un sistema de alerta al dispositivo móvil. «Hay síntomas que la ciudadanía puede pensar que son normal como el insomnio o la ansiedad -, ha relatado-, pero que pueden anticipar un estrés postraumático».